100 días y contando para ver a Bogotá con metas cumplidas

Ya llevamos 100 días de gobierno de la actual administración y es tiempo de hacer un balance de las metas propuestas, de lo que se haya logrado avanzar, lo que está pendiente hasta ahora y construir sobre lo construido, teniendo en cuenta los cambios que para Bogotá trajo consigo la emergencia del coronavirus

Saludo el liderazgo que ha tenido la alcaldesa de Bogotá con los temas de ciudad, enfrentando una situación que no nos esperábamos. Y si bien se ha acertado en estrategias y medidas en las últimas semanas; debe reconocer que el Plan de Desarrollo Distrital ya debió haber cambiado sus énfasis con ajustes a un enfoque de mayor atención a temas sociales y de salud, que aún no conocemos. 

En estos primeros meses, la seguridad, que ha sido un tema de permanente preocupación, ha logrado disminuir en un 2% el número de homicidios, pasando de 242 en 2019 a 236 en ese mismo período de 2020. Comparando el primer trimestre de 2019 y 2020, el hurto a personas mostró una reducción de un 15%, de 29.73 casos a 25.235; el robo de celulares descendió un 12%, de 15.734 casos en 2019 a 13.890 en 2020; y, las lesiones personales en un 26%, de 6.075 a 4.571. Ahora, esto tiene sentido, si consideramos que fue desde el inicio de marzo que se pusieron en marcha las medidas del gobierno nacional y Distrital, con las que las dinámicas de la ciudad cambiaron y por eso la reducción es evidente.

El programa piloto instaurado por la Alcaldía, para la reducción del hurto en el sistema, fue una buena iniciativa que logró la disminución en un 32% de los casos. No obstante, en la troncal Caracas, que es el principal destino de los viajes de la ciudad, que tiene una demanda de hasta 51.000 pasajeros hora-sentido, se debe hacer un mayor seguimiento, sabiendo que los datos reales se van a conocer, una vez la ciudad retorne a algunas de sus dinámicas normales de movilidad.

Alarma que los delitos que involucran a la mujer sigan en aumento. Así sucede con los casos de violencia intrafamiliar, que en los primeros meses, ya cuenta más de 6.450 denuncias, un aumento del 16% con respecto al 2019, cuando reportaban 5.500 casos. La Administración Distrital ha sostenido que una de las principales consecuencias puede ser el confinamiento, pero no se contemplaron criterios que pudieran evitarlo, con aumentos de un 4% en Usaquén, hasta un 45% en Barrios Unidos, y lamentablemente en el informe de estos primeros 100 días e inclusive en el anuncio de la ampliación de la cuarentena, no hay medidas claras de la Alcaldía para reducir la problemática.

Así como no lo hace para mitigar la ocurrencia de delitos sexuales, principalmente en las localidades como la de Los Mártires que entrega cifras del 40% y Antonio Nariño con 33%. Esto no puede seguir ocurriendo. Y frente al hurto de bicicletas a mujeres, los registros muestran un aumento en más de 400 hechos, es decir, un incremento de 3.1%. Se debería abordar de una manera más puntual y urgente las problemáticas que persisten aún con la situación de salud pública y social en la que nos encontramos. 

En materia laboral para las mujeres, espero que los anuncios de la alcaldesa sobre la vinculación de más mujeres en el sector del transporte y su participación como operadoras en Transmilenio, se cumplan. Y se continúe con el seguimiento a las medidas anunciadas en cuarentena por la Secretaría Distrital de la Mujer de modificar los servicios que habitualmente se prestan desde las Casas de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres, personalizar más la atención y las bases de datos de la Línea Púrpura, con el fin de vigilar la situación de cada una de las víctimas.

Me alegra que se haya decidido avanzar con la iniciativa de Transmilenio por la 68; y, la adjudicación de los 9 contratos para el desarrollo de esta obra que conectará a 7 troncales de Transmilenio y la Primera Línea del Metro, es sin duda, construir sobre lo construido y la posibilidad que los ciudadanos de 10 localidades se conecten por carriles democráticos y exclusivos de manera rápida entre la autopista Sur, en Bosa, y el límite de las localidades de Chapinero y Usaquén en la calle 100 con carrera séptima, en una extensión de 17 kilómetros. Aunque veo con preocupación que en el Plan de Desarrollo Distrital, no esté contemplada ninguna acción sobre esta obra ya adjudicada.

Y aunque ha sido evidente que la alcaldesa no tiene interés alguno en el Transmilenio por la 7ª, lo cierto es, que esta importante obra de movilidad beneficiará a cerca de 3 millones de bogotanos. A la fecha, la administración ha indicado que el propósito si es renovar la 7ª como un corredor verde y hablan de un concepto en construcción, que no es claro y que no contempla soluciones efectivas en materia de transporte público masivo, condenando a aquellos que la utilizan a compartir los carriles con los carros particulares. Básicamente es “favorecer” al triangulo de poder de la ciudad por encima del interés particular de millones de ciudadanos.

Continuar con los avances de la Primera Línea del Metro, es un buen mensaje para Bogotá; terminar una obra que se esperaba desde hace mucho tiempo y que por fin, va convirtiéndose en realidad; refleja el deseo de beneficiar a toda la ciudad y no solo a un pequeño grupo, lo cual, insisto, se debería realizar también con la 7ª cuando se destrabe el proceso. Los anuncios sobre adelantar estudios para la segunda línea del metro hasta Suba y Engativá y la extensión de la primera línea hasta la calle 100, son propuestas que deben continuar y ser materializadas, ojalá sin una oposición paralizante como tuvo el exalcalde Enrique Peñalosa.

La alcaldesa tiene una gran ventaja y es el avance que encontró de la Administración anterior. El reto es no abandonar lo que está pendiente por terminar. Y ahí destaco que haya anunciado la continuación de las obras ya programadas para finalizar este año y no comprometer más recursos para nuevas, en el marco de una pandemia que ya golpeó fuertemente los recursos de la ciudad. Hay que concluir y ejecutar. La ejecución de obras superada la emergencia será vital, porque la ciudad ha tenido que parar en medio de una emergencia que no tenía prevista, y Bogotá cuenta con obras que ya superan el 80% de ejecución, como algunos parques para las comunidades, los Centros de la Felicidad que representan bienestar para la ciudad y su gente. Así como es necesario, examinar la continuidad y robustecer los programas sociales exitosos. Lo cual, sin duda, ahorrará tiempo y esfuerzos al actual gobierno.

El sector salud, que ha requerido de la mayor exigencia en el marco de la cuarentena y que seguro, seguirá necesitando del apoyo y músculo financiero para seguir dotándose y atender a los cientos de pacientes por Covid-19, ya se venía fortaleciendo, pues hay que recordar la transformación que vivió el sector y que permitió mejorar la atención a los usuarios con importantes iniciativas como los nuevos mega hospitales que quedaron en marcha, los CAPS, el call center para citas médicas, nuevos servicios en los hospitales, entre otros.

Positivo también, fue el llamado de atención que realizó la alcaldesa a estudiantes de la Universidad Distrital por los desmanes presentados durante los paros y protestas, en una invitación a conservar los bienes públicos y mostrar que la administración no puede estar inerte frente a los daños causados en el patrimonio de la ciudad. Cabe recordar que durante las marchas del 21 de enero el balance fue 21 buses zonales afectados, 16 articulados y 7 estaciones de Transmilenio vandalizados. Según Transmilenio, el mantenimiento de una puerta puede costar entre 500 mil y 20 millones de pesos e instalar un vidrio cuesta alrededor de 900 mil, lo que genera grandes pérdidas para el sistema y para los bogotanos.

Respaldo las medidas que ha implementado Bogotá en medio de las crisis, que han beneficiado el cuidado de nuestros ciudadanos, pero aún falta mayor comunicación, dialogo y buen tono con el gobierno nacional, que debe mantenerse por el bien de la ciudad. Ya pasaron 100 días, y el tiempo corre acompañado de esta emergencia que le significa a Bogotá el doble de esfuerzo sobre cada uno de sus ejes; sin embargo, es la oportunidad de replantear, estudiar, planear y ejecutar, teniendo claro que ya existen unos fundamentos sobre los que es preciso avanzar.

Lucía Bastidas

Concejal de Bogotá

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