A la actual Administración le llegó la hora de decidir sobre ‘Doña Juana’

Bogotá tiene retos bastante grandes que afrontar durante estos cuatro años que vienen, con una pandemia que atravesamos y con el compromiso de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible-ODS-, dentro del Plan de Desarrollo que fue presentado por la Alcaldía, que se proyecta a una ciudad una ciudad más cuidadora, incluyente, sostenible y consciente; y que debe orientarse en ese sentido a uno de los temas cruciales en materia ambiental, el estado actual y las alternativas viables para el Relleno Sanitario de Doña Juana

En la ciudad, residen casi 10 millones de personas y tener aptas condiciones del lugar de disposición de los residuos que generamos todos debe ser una prioridad. Doña Juana, con influencia en las localidades de Ciudad Bolívar, Usme, Rafael Uribe Uribe, Tunjuelito y San Cristóbal, tiene más de 31 años y es la zona receptora de 6.500 toneladas diarias de basuras de la capital y de siete municipios más, una responsabilidad que la Administración Distrital no debe omitir dentro de su plan de gobierno, más aún cuando el reciente deslizamiento de la semana pasada nos recordó la emergencia sanitaria de gran magnitud que se puede suscitar en la ciudad de no atenderla pronto.

Son ya tres los episodios de emergencia en Doña Juana. En 1997 se registró el primer deslizamiento de más de 1 millón 200 mil toneladas de residuos, por acumulación de gases, que llegaron hasta el Río Tunjuelo y lo taponaron. En los dos años siguientes resultaron más de dos mil demandas contra el Distrito por parte de las familias afectadas. El segundo, en 2015 con un nuevo derrumbe esta vez de 750 mil toneladas de basura y el tercero, el pasado 29 de abril, con un nuevo deslizamiento de más de 80 mil toneladas de desechos que desencadenó fuertes olores que abarcaron localidades del sur y occidente de Bogotá.

Hechos como estos, le han ocasionado a la ciudad grandes pérdidas, entre otros, por cuenta de lo que se padeció con Proactiva y lo que se ha hecho con CGR, como resultado del contrato de concesión adjudicado por la UAESP, en dirección de Miriam Margoth Martínez, bajo la Administración de Samuel Moreno, para la administración, operación y mantenimiento del Relleno Sanitario. Un contrato sin término fijo, condicionado a que sea copada la capacidad licenciada. Una licencia ambiental única otorgada por la CAR y que fue modificada en la Administración de Gustavo Petro, y que señalaba que la vida útil del Relleno Sanitario Doña Juana, para la operación de la Optimización Fase 2, finalizará cuando se alcance la cota de 2999 msnm, es decir, que de acuerdo con el promedio de residuos se estimaba a que el proyecto finalizara a mediados del año 2024.

¿Qué se hizo durante la Administración de Enrique Peñalosa?

Fue hasta el gobierno de Enrique Peñalosa, cuando finalmente se ejecutaron estudios para dar con alternativas en la disposición de residuos una vez finalizara el plazo de la actual licencia ambiental. En 2016, con la Universidad Nacional para la Identificación de áreas potenciales para un nuevo relleno sanitario en Bogotá o municipios aledaños; se encontró una posibilidad que fue descartada en el mismo estudio pues implicaba trasladar asentamientos poblacionales y recomendó la actualización tecnológica del tratamiento de residuos. Ya en 2017, otro estudio financiado por el Banco Mundial, determinó la mejor alternativa de valorización de residuos se traducía en tres escenarios: la separación mecanizada con producción de RDF, la separación mecanizada con incineración y digestión anaerobia con generación de energía y la incineración con generación de energía; destacando la viabilidad de la tercera opción para lo cual se requería una inversión aproximada de 3.5 billones de pesos y un trámite ante la Comisión de Regulación de Agua Potable que en su totalidad se reflejaría en un incremento en la tarifa de los usuarios. 

Así mismo, en 2018, la UAESP contrató un estudio que arrojó la viabilidad para optimizar ‘Doña Juana’ por un periodo de 37 años más con la tasa de producción de residuos actual y sin necesidad de adquirir nuevos predios. Y en 2019, se inició el proceso de consecución de recursos para el diseño de detalle de la primera planta de valorización de residuos de Bogotá. Los resultados de esos estudios son de conocimiento del concesionario quien debía encargarse de la elaboración de los diseños de detalle, que la UAESP debe recibir para adelantar el trámite de la nueva licencia ambiental, para una posible ejecución del proyecto. Una tarea que queda ahora en manos de la actual Administración.

Sumado a los estudios técnicos, la UAESP hizo seguimiento a la operación del Centro de Gerenciamiento de Residuos (CGR) como resultado se sanciono al operador del Relleno Sanitario de Doña Juana por la incorrecta gestión técnica en los procesos de coberturas y control de moscas, por lo cual le impuso una multa de más de 110 millones de pesos. Asimismo en el 2017  también fueron sancionados por la Superintendencia de Servicios Públicos por más del 1.000 millones de pesos y aun así la operación no ha mejorado.

La tarea alrededor del Relleno Sanitario de Doña Juana se adelantó, es tiempo de la ejecución con los recursos disponibles y los proyectos que se pueden adelantar dentro del Plan de Desarrollo y que puedan convertirse en una realidad. El propósito dos del Plan de Desarrollo, precisamente apunta a cambiar nuestros hábitos de vida para reverdecer a Bogotá y adaptarnos y mitigar el cambio climático. Con un presupuesto de cerca de 9.5 billones de pesos para los cuatro años de gobierno, contempla aumentar la separación en la fuente, reciclaje, reutilización y adecuada disposición final de los residuos de la ciudad, promover el consumo responsable, la separación en la fuente, valoración y aprovechamiento de los residuos ordinarios orgánicos e inorgánicos, contribuyendo a disminuir la huella ambiental de la aglomeración urbana y humana más grande del país. Abordar la gestión sostenible de los residuos a través de la articulación de cada actor de la cadena de valor en esquemas de economía circular y una política de desarrollo sostenible y garantizar la gerencia pública para la prestación del servicio de disposición final, que permita la transformación, valorización y reutilización de residuos en el relleno Sanitario Doña Juana.

La responsabilidad de la nueva Administración es poder avanzar en lo real y decidir cuál de los tres escenarios posibles, según los estudios, se trabaja porque contrario a lo que quieren muchos, no es posible trasladar el Relleno Sanitario de lugar. Es bueno que el gobierno Distrital tenga en cuenta que se requiere de alianzas público privadas para apalancar cualquiera de las opciones viables y propuestas concretas en el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial. Hay que pedir corresponsabilidad de los bogotanos y de quienes integran Bogotá Región, establecer estrategias de reciclaje que disminuyan el número de toneladas anuales de residuos sólidos por persona; y, exigirle al concesionario que cumpla con los compromisos que adquirió. Aquí se debe reconocer que queramos o no, se debe mantener donde está, pero optimizando su funcionamiento y aliviando socialmente a quienes residen en sus alrededores que son la población directamente afectada.

Lucía Bastidas Ubaté

Concejal de Bogotá

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