La capital del país es la primera ciudad en Latinoamérica que cuenta con 410 kilómetros de ciclorutas. En sus calles más de 835 mil ciudadanos se movilizan en bicicleta. Y aunque esto es una noticia muy positiva que posiciona a Bogotá como ejemplo mundial, existen muchas aristas que empañan el panorama.
La peor de todas es la inseguridad, que genera un freno inmediato al movilizarse en bicicleta, y seguido a esto, la accidentabilidad y la falta de cultura de los actores viales y demás ciudadanos.
No podemos seguir movilizándonos como individuos sin conciencia en las calles de Bogotá, generando problemáticas para todos los actores viales, sin respeto por el otro y arriesgando la propia vida y la de los demás. Es necesario dirigir la mirada a los ciudadanos que usamos la bicicleta y determinar qué debemos hacer frente a estas problemáticas. Se deben mirar desde tres ángulos:
Por un lado, antes de que cualquier cosa, debemos concientizarnos que somos BiciPERSONAS, ciudadanos sujetos de derecho con deberes y obligaciones. Somos personas que maniobramos bicicletas, y como tal, debemos comportarnos.
Por último, y no menos importante, está la responsabilidad del Distrito de concientizarse que somos BiciPERSONAS, y que como tal deben garantizarnos todas las acciones necesarias para que podamos disfrutar de nuestro derecho de usar la bicicleta.
Accidentabilidad
Teniendo claro este concepto de BiciPERSONAS, podemos detenernos y pensar cuál es nuestra responsabilidad al usar una bicicleta en Bogotá y cuál es el chip que debemos cambiar frente a las cifras presentadas en un estudio de la Universidad Libre, que reflejan que el 80% tienen un desconocimiento superior normas de tránsito, menos del 15% maneja a la defensiva y el 90% prefiere conducir con audacia y no con prudencia.
Es necesario preguntarnos si estamos transportándonos de un lado a otro sin conciencia y si usamos una bicicleta sin ni siquiera conocer y cumplir con normas de tránsito, que incluso pueden salvarnos la vida y también la de otros actores viales.
Debemos concientizarnos frente a la responsabilidad que tenemos frente al riesgo de accidentabilidad en una ciudad, en la que, según la investigación en mención, de cada 100 incidentes de tránsito a nivel nacional, cuatro involucran a personas movilizándose en bicicleta, generando 2.100 heridos y 75 fallecidos en el primer semestre de 2018.
Es urgente concientizarnos del riesgo de perder nuestra vida, pero también lo es, que el resto de ciudadanos y actores viales, entiendan que somos personas las que nos movilizamos en las bicicletas, ya que el 24% de los incidentes se presentan con carros particulares y motocicletas, el 21% con vehículos de carga, el 17% con taxis, el 7% con peatones, el 4% con buses, el 1% con otras bicicletas y el otro 1% por caídas.
Y es por esta razón, que como herramienta de prevención para garantizar la movilización de bicipersonas, presentaré el proyecto de acuerdo “El Silbato”, con el cual pretendo que nos unamos para minimizar accidentes en la ciudad.
Inseguridad para BiciPERSONAS
Ahora bien, como personas también tenemos derechos, y por esta razón, es necesario que exijamos a Gobierno, que nos garantice la seguridad para poder movilizarnos. Según la Dijín en Bogotá 3177 bicicletas fueron robadas en el primer semestre del año, y según la investigación de la Universidad Libre, hurtos 60%, daño parcial de las bicicletas 20%, imprudencia de peatones que invaden las ciclo-rutas en un 15% y falta de iluminación 5%. Ante ésto, solicité a la Secretaría de Seguridad que es necesario que se informen las acciones que se están llevando a cabo para contrarrestar la inseguridad.
Bici-repartidores
Por otra parte, no se debe dejar de lado el caso de bici-repartidores en Bogotá, teniendo en cuenta que tenemos mensajería formal e informal. Como BiciPERSONAS, los mensajeros formales, trabajan conscientes de su propia vida y su responsabilidad como actores viales. Pero, por otro lado, los ciclistas que trabajan en las APP´s de Rappi o Uber Eats, se deben concientizar que deben ser BiciPERSONAS, y que como actores viales tienen responsabilidad frente a los demás, y sobre todo por el respeto a su propia vida.Pero, además, se les debe exigir a las empresas: responsabilidad en temas de seguridad laboral y protección a los ciclistas en las vías, y como punto muy importante no sujetarlos a estrategias de mercadeo que los presione a tal punto de poner en riesgo su propia vida por cumplir con una entrega en un tiempo determinado.
Acciones control político
La Administración Distrital continúa sin cumplir con el Plan de Desarrollo. En este momento está inconclusa la meta de construcción de 72.53 Km de ciclo-rutas que para el año 2016 fue de 0.04 Kilómetros, y además, de los $2.225 millones presupuestados, sólo fueron ejecutados $2.224, es decir, el 99.93%, lo que evidencia una falla en el resultado en físico de los recursos ejecutados.
Por otra parte, la Administración Distrital proyectó una meta incoherente para 2018, teniendo en cuenta que se planean 447 parqueaderos de bicicletas con una inversión desorbitada de 7.598 millones de pesos, frente a una de 350 millones de pesos en 2017 para 553 parqueaderos, razones por las cuales hice un fuerte llamado de atención en el debate de control político: Seguridad para usuarios de bicicleta, en el cual fui citante principal.
Continuaré trabajando por nosotros, las BICIPERSONAS, desde el Concejo de Bogotá, para que podamos contar con una ciudad que se transforme y sea ejemplo a nivel mundial, no sólo por infraestructura sino también por cultura vial.
YEFER VEGA
Concejal de Bogotá
Cambio Radical
