Es importante tener en cuenta esa premisa y ser conscientes que la discriminación se está viviendo de manera cotidiana. En los restaurantes, en las calles, en los partidos políticos, en todos los escenarios de la ciudad. Y esos actos del día a día no incluyen las 737 investigaciones por casos de discriminación que adelanta en este momento la Fiscalía en el país.
Cuando se defiende a los acosadores se está discriminando. El derecho penal colombiano es tan garantista que resulta estar a favor de los victimarios y no de las víctimas, como acaba de ocurrir en el proceso de Paola Noreña, la joven que estuvo a punto de morir apuñalada a manos de LuisMiguel Rozo a quien un juez dejó en libertad a pesar de su peligrosidad.
El rechazo a los venezolanos es otro ejemplo. Esos brotes de xenofobia que se vienen sintiendo en redes sociales en contra de estas personas son otra manifestación de discriminación.
Es importante tener en cuenta esta premisa porque ningún acuerdo o norma por sí mismo erradicará los actos de exclusión como los que se viven a diario en la ciudad, por ejemplo con los brotes de xenofobia que se están presentando en Bogotá contra personas venezolanas.
Los actos de discriminación están en todas las esferas. Cuando las minorías cuando están en el poder me asustan porque hacen actos discriminatorios y no puedo callarme nunca.
Es necesario respaldar las acciones encaminadas a erradicar de todos los escenarios de la ciudad los actos de discriminación, pero hay que insistir en que debe imponerse la coherencia para que desde los partidos, los dirigentes, los líderes, las entidades, se les dé ejemplo a los ciudadanos.
POR UNA BOGOTÁ LIBRE DE DISCRIMINACIÓN
Lucía Bastidas
Concejal de Bogotá