Durante el debate de control político sobre los abusos de autoridad por parte del Esmad en las movilizaciones se dejaron por fuera cifras que también son importantes, y es que desde la creación de este escuadrón antimotines nueve miembros de esta dependencia han muerto y más de 2.000 han resultado heridos.
No se puede desconocer la muerte de Dilan Cruz y el dolor que generó no solo a su familia sino a toda Colombia, pero sí se olvida que la familia del miembro del ESMAD, responsable de ese disparo también sufre y vive otro drama, y no podemos afirmar que el uniformado actuó con dolo.
Es un grave error pedir el desmonte del ESMAD, se deben mejorar los protocolos para garantizar los derechos humanos de todos los involucrados porque en las manifestaciones del año pasado, 346 uniformados resultaron heridos durante las protestas, 181 de ellos en Bogotá. Además, las medidas para identificar a los vándalos deben ser efectivas para que no queden en la impunidad.
Cambio Radical