Recientemente la ONU Mujeres alertó que en este contexto de emergencia sanitaria y social "aumentan los riesgos de violencia contra las mujeres y las niñas, especialmente violencia doméstica, debido al aumento de las tensiones en el hogar”, y llamó la atención de los países a implementar mayores esfuerzos por el bienestar de esta población en la pandemia. En Colombia el panorama refleja índices preocupantes: del 25 marzo a 18 junio el incremento en llamadas por violencia intrafamiliar a la línea 155 fue del 150% y las llamadas a línea 123 del 39% y el 71%; de las llamadas se concentran en Bogotá, Valle Del Cauca, Antioquia, Cundinamarca y Santander. Van 102 feminicidios en lo corrido el año, de los cuales 50 han ocurrido entre el 20 de marzo y 23 de junio del 2020 y 26 casos más han sido calificados en grado de tentativa.
En Bogotá, desde que inició el aislamiento, el 20 de marzo y hasta el pasado 15 de junio se habían recibido: 15.248 total llamadas atendidas desde los servicios telefónicos de la Secretaria de la Mujer. Un 48% de casos de violencia intrafamiliar, 25% de violencia física, 15% de violencia económica, de 5% violencia patrimonial y un 4% de violencia sexual. Según el Sistema Articulado de Alertas Tempranas SAAT entre enero y mayo de 2020 de los casos reportados por Medicina Legal de mujeres incluidas en sus bases de datos por valoración de violencia, el 84% se encuentra de riesgo extremo y grave de muerte, un 11% en riesgo moderado y un 5% su riesgo es variable.
Actualmente en la ciudad, hay habilitadas 3 Casas Refugio y la ocupación promedio de mujeres y acompañantes es de 57 personas. Son centros de atención que brindan acogida y atención integral a mujeres y sus núcleos familiares cuando han sido víctimas de violencias, por un período de permanencia gratuita hasta por cuatro (4) meses, con acompañamiento de un equipo interdisciplinario. Pero, de acuerdo con cifras remitidas por la Dirección de Comisarías de familia para el 2018 se les ofreció a 6.408 personas la opción de ser remitidas a Casa Refugio. El 97% de las mujeres no aceptaron y esto tiene que ver en gran medida con las medidas de aislamiento que en muchos casos son inflexibles para que puedan seguir con su plan de vida.
Por eso, en el marco de la discusión del Plan de Desarrollo, presentamos la propuesta de habilitar las Casas Refugio en modalidad intermedia, en busca de contribuir a que se convierta en un hecho que logre disminuir el riesgo para las mujeres víctimas de violencia, flexibilizando las condiciones con el fin de que puedan continuar con sus proyectos de vida acompañadas de su núcleo familiar y con la seguridad que requieran sus casos.
Este nivel intermedio de atención incluye alojamiento, alimentación, transporte, acompañamiento psicosocial, asistencia técnica legal, seguridad y acompañamiento psicopedagógico y ocupacional. La diferencia del sistema que ha venido funcionando hasta ahora, es que las mujeres podrán continuar con sus dinámicas de vida fuera del ciclo de violencia, lo que quiere decir que pueden seguir trabajando, sus hijas e hijos asistiendo a sus jornadas escolares habituales con acompañamiento permanente de la Policía Metropolitana y las entidades que hagan sus veces para proteger los derechos de las víctimas y sus familiares. También, tendrán un soporte y acompañamiento permanente en transporte y seguridad sobre sus trayectos habituales y cuando deban realizar los trámites legales para continuar con el proceso respectivo de sus casos. Sobre los requisitos para el ingreso de las mujeres y sus familiares se mantendrán las mismas restricciones que las actuales de las casas refugio, sin embargo, los hombres mayores de 18 años que sean responsabilidad de las mujeres en alto o medio riesgo de feminicidio podrán ser sujetos de protección en estas casas intermedias.
Trabajamos por estas nuevas acciones para la seguridad de las mujeres cuya vulnerabilidad se ha potenciado en esta cuarentena, no queremos registrar más casos de feminicidios que se pueden evitar con las medidas pertinentes y la atención especial de parte del Distrito. Y avanzamos ahora en mesas de trabajo en articulación con la Secretaría de la Mujer para que su aplicación sea adecuada, efectiva, integral y con mayores beneficios.
Lucía Bastidas - Concejal de Bogotá
