Causas y consecuencias del consumo de sustancias psicoactivas en jóvenes

Mediante este comunicado de prensa hacemos la segunda entrega del resultado de una ardua investigación realizada por el Concejal Armando Gutiérrez y su equipo de trabajo, como insumo para el debate de Control Político citado por el cabildante, sobre el consumo de Sustancias Psicoactivas –SPA- por parte de los niñas, niños y jóvenes en el Distrito Capital. En nuestro informe anterior, nos encargamos hacer una descripción de la problemática del consumo y comercialización de SPA en Colombia y en Bogotá, en donde nos encargamos de demostrar que, el consumo y venta de sustancias legales e ilegales está en aumento, no solo en Bogotá D.C., sino en Colombia en general, por lo cual, el Concejal Gutiérrez González exhortó a las autoridades y a las secretarías pertinentes en el tema a endurecer y fortalecer las medidas para luchar eficientemente contra este flagelo, que tanto afecta a nuestros menores.

En esta segunda entrega producto de nuestra nuestra investigación, presentamos las causas y consecuencias del consumo de SPA en menores de edad presentado  por Armando Gutiérrez González, Concejal por el Partido Liberal Colombiano, en su debate al interior de la Comisión de Gobierno el pasado 22 de junio.

Sea lo primero advertir que el consumo de sustancias psicoactivas no es un asunto de seguridad, es un tema de salud pública y debe tratarse como tal, pues tal como lo afirma la OEA:

“La mayoría de las personas no usa drogas ilícitas y entre quienes llegan a probarlas, sólo una fracción desarrollará patrones de dependencia. Sin embargo, el consumo abusivo de drogas constituye un serio problema de salud para muchas personas en las Américas. Es particularmente importante destacar que el inicio temprano del consumo está asociado con un mayor riesgo de dependencia y de otros problemas. Uno de los principales desafíos es prevenir el uso y retrasar el inicio del consumo entre los jóvenes.”[1] (Subrayado fuera del texto original).

En virtud de lo anterior, resulta necesario conocer las razones que conducen al consumo de sustancias psicoactivas en los menores. Estas se reúnen en dos grupos de factores antitéticos -los factores protectores y los factores de riesgo-, los cuales han sido definidos de manera sencilla por el Ministerio de Salud, de la siguiente manera:

a)    Los factores protectores, son:

“características o atributos individuales, familiares o sociales, que reducen la posibilidad de uso, abuso o dependencia de las sustancias psicoactivas. Entre los factores individuales se encuentran: empatía, habilidades sociales, capacidad para afrontar problemas, entre otros; entre los factores familiares se encuentran el respeto, la confianza, las normas y reglas del hogar, entre otros; entre los factores sociales se encuentran la participación en actividades comunitarias, la normatividad respecto a las sustancias psicoactivas, el acceso a servicios de salud y educación, entre otros”[2].

b)   Los factores de riesgo, son:

“características o atributos individuales, familiares o sociales, que posibilitan o aumentan el consumo de sustancias psicoactivas. A nivel individual los factores de riesgo están asociados a baja tolerancia a la frustración, conductas agresivas, baja autoestima, entre otros; entre los factores familiares se encuentran: consumo de sustancias psicoactivas por parte de padres de familia o cuidadores, disciplina autoritaria, sobreprotección, falta de supervisión de los padres o cuidadores en las actividades de los hijos, violencia intrafamiliar, entre otros; entre los factores de riesgo social se encuentran: bajo apoyo de redes sociales, disponibilidad de las sustancias psicoactivas, uso de sustancias psicoactivas por parte de pares, violencias en el entorno escolar y social, entre otros.”[3]

Las anteriores definiciones son concordantes con estudios científicos adelantados en el área psiquiátrica, en donde se ha entendido que los factores de riesgo y los factores protectores se desarrollan en las tres grandes esferas de desarrollo de los individuos:

-          La familia, en donde se destaca la resiliencia de los padres a enfrentar a los hijos en las situaciones cotidianas, la sobreprotección de los hijos, la permisividad de los padres con respecto a la ruptura de las normas por parte de sus hijos en las primeras etapas de la vida y la ruptura del núcleo familiar a consecuencia de los divorcios, lo que termina impidiendo transmitir a los hijos un mayor número de factores protectores[4].

En otras palabras, los conflictos suscitados al interior de las familias conllevan a divorcios que dificultan la propagación de factores protectores en los niños, niñas y adolescentes, aunado a ello, en los hogares NO se habla de sexo, drogas o cualquier tema que resulte problemático, no se enseña a los hijos a convivir en sociedad mediante la exposición de los mismos a la vivencia de situaciones poco favorables y no se no se les corrige ni se implementan normas de convivencia claras que sean de obligatorio cumplimiento.

-          Las instituciones educativas, en donde se encuentra que las principales variables que llevan al consumo de sustancias psicoactivas son aquellas conductas que debilitan la autoestima e impiden en los estudiantes la construcción de un concepto “adecuado” de sí mismo, estos son: el acoso, el aislamiento, la vejación y la burla[5].

Lo anterior, dificulta a las escuelas, además de prevenir e identificar el consumo de sustancias, transmitir uno de los más importantes factores protectores “la educación para la salud” [6].

-          Y la sociedad, principalmente se considera que la sociedad en general está sumida en la prevalencia del interés económico, sobre todos los demás; la creencia de conseguir las cosas sin necesidad de mayores esfuerzos; la depresión en los adolescentes; la falta de preocupación de los padres por la ocupación del tiempo libre de sus hijos; la desinformación, la ausencia de control de los contenidos tanto de internet como de televisión y la ausencia de respeto por las normas. Lo anterior, termina siendo un caldo de cultivo, perfecto, para incentivar el consumo de sustancias psicoactivas.[7]

-          Finalmente, se debe aclarar que, en medio de las tres esferas de desarrollo anteriores, se debe incluir como un apéndice, a los amigos, quienes influyen directamente en las decisiones de los jóvenes y en quienes se arraiga la creencia social de “probar”, sumada al aumento en la facilidad en que los jóvenes pueden tener contacto con las sustancias psicoactivas, pues actualmente son mucho más fáciles de conseguir en los alrededores de los entornos en los que viven los jóvenes.[8]

Consumo de Sustancias Psicoactivas: un Problema de Salud Pública

Según información médica, el consumo de sustancias psicoactivas en menores presenta las siguientes afectaciones en su salud:

  • El inicio o aumento del riesgo de consumir drogas es asociado con el consumo de sustancias legales como el alcohol[9] y el tabaco. El alcohol, específicamente, usado en épocas tempranas se encuentra relacionado con el abuso de drogas, y el consumo abusivo del mismo es coligado con el consumo de drogas como el cannabis (17.3%), Anfetaminas (8.1%) y cocaína (7.2%)[10].

 

  • El consumo de drogas genera alteraciones cerebrales, en su estructura como funcionamiento, como el deterioro cognitivo[11], y respecto a las inhalantes, debido a su toxicidad, dañan o destruyen a las células nerviosas tanto en el cerebro como en el sistema nervioso periférico[12]; su presencia en la adolescencia temprana se relaciona con déficits en la toma de decisiones emocionales[13] y afectaciones neuronales[14].

 

  • Por su parte, su exposición en bebés uterinos puede provocarles síndrome de abstinencia (neonatal) y generar nacimientos prematuros, así como también un lento desarrollo intelectual y afectaciones comportamentales futuras[15].

 

  • También es importante tener en cuenta que el consumo de drogas lícitas e ilícitas encuentra relación con enfermedades o trastornos psiquiátricos del estado de ánimo y de la conducta, y la ansiedad[16]. Esta situación demanda de la Administración Distrital un esfuerzo mayúsculo en la prevención, atención y solución de los casos de consumo de SPA en la población joven y adolescente en la capital de la república, pues implica la puesta en marcha de estrategias alternativas que involucren la identificación temprana de conductas comportamentales como las mencionadas cuyo fin sea la disminución significativa del consumo de sustancias psicoactivas como consecuencia de patologías psiquiátricas.
 
 
 
 
 
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[1] Cfr. Organización de Estados Americanos (OEA). “EL PROBLEMA DE LAS DROGAS EN LAS AMÉRICAS: ESTUDIOS DROGAS Y SALUD PÚBLICA”. 2013. Pp. 5 Disponible en: http://www.cicad.oas.org/drogas/elinforme/informeDrogas2013/drugsPublicHealth_ESP.pdf. (Consultado el: 07 de marzo de 2018).

[2] COLOMBIA. Ministerio de Salud. “ABECÉ de la prevención y atención al consumo de sustancias psicoactivas”. Octubre de 2016. Pp. 3.  Disponible en: https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/Abece-salud-mental-psicoactivas-octubre-2016-minsalud.pdf. (Consultado el: 07 de marzo de 2018).

[3] Ibídem.

[4] PAYÁ, Beatriz y CASTELLANO, Germán. “Consumo de sustancias. Factores de riesgo y factores protectores”. Pp. 7-8. Disponible en: http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/Consumo%20de%20sustancias.pdf. (Consultado el: 07 de marzo de 2018).

[5] Ibíd. Pp. 8.

[6] Ibíd.

[7] Ibíd. Pp. 8-9.

[8] Ibíd. Pp. 8. Así mismo, Cfr. Alcaldía Mayor de Bogotá - Secretaría Distrital de Salud, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) y Organización de los Estados Americanos (OEA). “Estudio de consumo de sustancias psicoactivas en Bogotá, D.C.”. Noviembre de 2016. Pp. 97-120. Disponible en: http://www.odc.gov.co/Portals/1/publicaciones/pdf/consumo/estudios/locales/CO031052016-estudio-consumo-sustancias-psicoactivas-bogota-2016.pdf. (Consultado el: 07 de marzo de 2018).

[9] CASTAÑO PÉREZ, Guillermo Alonso; URIBE ARAMBURO, Nicolás Ignacio y RESTREPO ESCOBAR, Sandra Milena. BARRAS BRAVAS EN EL FÚTBOL CONSUMO DE DROGAS Y VIOLENCIA. Fundación Universitaria Luis Amigó. Medellín – Colombia, 2014. Pág. 51. [Consultado: 07 de marzo de 2018]. Disponible en internet en: http://www.funlam.edu.co/uploads/fondoeditorial/Barras_Bravas.pdf .

[10] LOPES, Gabriel M., ET. Al. Use of psychoactive substances by adolescents: current panorama. En: Revista Brasilera de Psiquiatría. Vol. 15. Sao Pablo, 2013. [Consultado: 06 de marzo de 2018]. Disponible en internet: http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1516-44462013000500007#B05 .

[11] Op. cit.

[12] National Institute on Drug Abuse. Las Drogas, el Cerebro y el Comportamiento La Ciencia de la Adicción. Noviembre de 2014. Pág. 21.

[13] Op. cit.

[14] National Institute on Drug Abuse. Las Drogas, el Cerebro y el Comportamiento La Ciencia de la Adicción. Noviembre de 2014. Pág. 17.

[15] Ibíd. Pág. 03 y 22.

[16] Op. cit.

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