Clase media: vulnerable pero determinante en la economía de Bogotá

La epidemia del COVID-19 ha traído consigo retos sanitarios y económicos, que los gobiernos estudian cuidadosamente para que cada decisión y cada programa garanticen el bienestar de los ciudadanos más vulnerables, que se encuentran en condiciones de pobreza; sin embargo, el confinamiento ha demostrado que existe una condición de pobreza oculta que se relaciona directamente con la clase media a la cual se debe atender, más aún cuando ya llevamos más de un mes de aislamiento.

En Colombia son alrededor de 14 millones de personas las que pertenecen a clase media y cabe señalar que el consumo en las principales ciudades depende de ellos, representando el 54 % del recaudo de IVA. En Bogotá, el 51% de sus habitantes pertenece a este consolidado, y dentro de este concepto caben los trabajadores independientes, familias de ingresos básicos y los emprendedores que en tiempo de aislamiento obligatorio no han podido producir.

Es necesario  evitar una crisis relacionada con el desempleo y la pobreza. Ejemplo de ello, es el caso los negocios de comida y entretenimiento, de 90 mil acreditados en Colombia, 10 mil notificaron este 28 de abril el cierre definitivo, lo que se traduce en se traducen en 54 mil empleos desactivados; de estos, el 60% de fuerza laboral conformada por mujeres, de acuerdo con ACODRES (Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica). Esto sumado a la 1.070 solicitudes de fuerza mayor, elevadas por diferentes empresas ante el Ministerio del Trabajo que buscan con esta figura, poder finalizar contratos o dar licencias no remuneradas, ante el riesgo de quiebra absoluta en un escenario nacional que ya reporta 14 millones de personas desempleadas en el país.

Pobreza oculta

De acuerdo con Bogotá Cómo Vamos, en términos de pobreza oculta en estratos 3 y 4, el 77,6 % de los hogares que padecen esta condición se encuentran en Usaquén, Barrios Unidos, Puente Aranda, Rafael Uribe Uribe, Engativá, Fontibón y Kennedy. Familias que a pesar de contar con casa propia o un ingreso básico mensual, ven disminuida su condición por cuenta de hipotecas, créditos, desempleo, o porque precisamente son independientes y en época de crisis sanitaria su situación se agudiza todavía más porque no logran postular para auxilios básicos, alivios certeros en el pago de servicios públicos porque les promedian el consumo en plena cuarentena; porque no son de estratos de pobreza extrema y tampoco alcanzan a tener un salario o sustento, como el de estratos 5 y 6 incluso, que les permita pasar la cuarentena de manera digna.

Las dos caras de la moneda

La pandemia ha evidenciado que necesitamos unos de otros. Así mismo, los servicios requieren de personas que puedan pagarles; por ejemplo, los colegios privados que en esta temporada necesitan de los padres de los estudiantes quienes pagan las pensiones y con ellas continuar con el mantenimiento de las instalaciones, el pago de servicios públicos y la nómina de los profesores que siguen laborando. En este mismo entorno educativo están los conductores de rutas, las monitoras de ese transporte que con el cese de actividad presencial en los planteles, dependen de las mensualidades que pagan los responsables de los menores.

El escenario es igual para las personas de clase media que eligieron ser independientes, con negocios propios, tiendas de barrio, locales comerciales, misceláneas, modisterías, peluquerías y más, que han visto disminuidas las ventas por la falta de gente en las calles, o porque la necesidad primordial de los ciudadanos ya no está en esos artículos y viven en la incertidumbre de saber que cuando se levante la cuarentena tendrán deudas que pagar, un arriendo que les espera y ver si los bogotanos vuelven a acudir a ellos como antes de la cuarentena.

Lo mismo ocurre con los propietarios de bienes inmuebles que han invertido en un apartamento, local, bodega u oficina, para tener un ingreso fijo; no obstante, como resultado de la emergencia y como apoyo a quienes no pueden pagar, ahora deben esperar que superada a emergencia puedan volver a recibir ese valor del que dependían para su subsistencia mensual.

El COVID-19 ha evidenciado la necesidad de comprender el tejido económico y social que se configura en una ciudad como Bogotá. Por la preocupación que surge de que estos ciudadanos caigan en condición de pobreza, esperamos que se convierta en una realidad tangible y sin demoras los auxilios anunciados en días anteriores por la Administración Distrital para esta población que también es vulnerable, pero sobre todo productiva en la ciudad.

Lucia Bastidas

Concejal de Bogotá

Logo de El Concejo de Bogotá en TV
El Concejo de Bogotá en TV

Logo de Sesiones del Concejo de Bogotá
Sesiones del Concejo de Bogotá

Logo de Qué pasó en el Concejo
Qué pasó en el Concejo

Logo de LSC
LSC

Logo de Audiencia Pública de Rendición de Cuentas
Audiencia Pública de Rendición de Cuentas

Logo de Ordenes al Mérito y Convocatorias
Ordenes al Mérito y Convocatorias

Logo de Transparencia
Transparencia

Logo de Gestion Pública Transparente
Gestion Pública Transparente

Logo de Bancadas Informales
Bancadas Informales

Logo de Sindicatos
Sindicatos

Logo de Intranet
Intranet

Logo de Directorio Telefónico
Directorio Telefónico