Concejo de Bogotá
Con fallo de tribunal que impide vender la ETB pierde Bogotá
El fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca que deja sin efecto la autorización para enajenar las acciones de la ETB es una pésima noticia para la ciudad, y una muestra de cómo los jueces son los que deciden los temas clave del desarrollo. Podemos hablar de la dictadura de los jueces.
La ciudad debe recordar que la decisión de enajenar las acciones de la ETB fue autorizada por la mayoría de las bancadas en el Concejo de Bogotá porque se buscaba, con el dinero de la venta, construir 30 colegios, cuatro hospitales, vías, un centro de control y cámaras para mejorar la seguridad de la ciudad.
Es mucho lo que se pierde:
La posibilidad de invertir 280.000 millones de pesos en seguridad para un Centro de Comando y Control y Cámaras;
Los bogotanos ya no tendrán 30 colegios en cuya construcción el alcalde esperaba invertir 211.000 millones de pesos.
Tampoco se podrán cuatro hospitales en los que el proyecto era invertir 1,3 billones de pesos y tampoco se podrá hacer una capitalización de 567.000 millones a Capital Salud, la EPS que atiende a los bogotanos más vulnerables.
Se pierde la ocasión para construir ocho jardines en los que se buscaba invertir 229.000 millones de pesos.
Y la ciudad ya no tendrá dos megacentros deportivos, recreativos y culturales en los que se utilizarían 100.000 millones de pesos.
No se trataba de un capricho, sino de una necesidad, de pensar en los valores supremos de la ciudad. Era dinero para invertir en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Por eso con la decisión del Tribunal que es un fallo definitivo pierde la ciudad porque ya no se podrá contar con esos colegios, hospitales y jardines en beneficio de los habitantes de la capital del país.
Ahora la oposición saldrá a reclamar como un triunfo lo que significa una pérdida para los bogotanos. Es triste que las grandes decisiones de inversión se frustren por una decisión judicial que no consideró que el tema fue ampliamente debatido y aprobado por la mayoría del Concejo de Bogotá.
Lo grave no es solo que pierde la ciudad, porque la oportunidad de vender a buen precio la ETB se esfuma con las dilaciones y se dilapida un activo por las desvalorizaciones que hacen que cada vez valga menos.
Menos plata para la ciudad, menos valor para la empresa y menos oportunidades para garantizar que los recursos públicos se inviertan en beneficio de todos los ciudadanos.
