Al respecto, la concejal agrega: “Tenemos dos caminos, o volvemos al sistema obsoleto y fracasado de buses de los años 90, o mantenemos las típicas prácticas características de esta administración, es decir, que bajo la figura de “contratación directa” la empresa gestora de transporte contrata a la empresa de buses de Bogotá, y ésta a su vez, podría contratar directamente la prestación del servicio troncal, coartando la competencia, una mejora en el servicio y la disminución de las tarifas”.
Y advierte: “No quisiera yo tener que solicitar la vinculación de la “nueva empresa”, con investigación por conductas delictivas que atenten contra los principios de la contratación pública. El alcalde queda advertido entonces del riesgo de esa figura leguleya que tantos problemas le ha traído ya a su administración”.