Ante el aumento y frecuentes denuncias de robo de bicicletas por parte de los usuarios en la ciudad, es necesario hacer un llamado a los Organismos de Control para hacer seguimientos a las acciones por parte de la Administración para así asegurar la efectividad de las mismas, ya que no se trata de solo sellar establecimientos, sino evitar que siga creciendo esta mafia.
La inseguridad no es solo el único factor que aqueja a los ciclistas, también se encuentra la falta de iluminación y la pésima infraestructura vial en algunos tramos de las ciclorutas lo que también pone en riesgo la vida e integridad de los usuarios.
Problemas en las superficies, señalización, demarcación y falta de continuidad provocan accidentes lo que además desmotiva a cientos de ciudadanos a hacer uso de la bicicleta.
Según indica la Personería de Bogotá, el 49% de ciclorutas se encuentran en deficiente estado por lo que no son óptimas para el tránsito de los biciusuarios.
Por todo lo anterior, es preciso evaluar cómo se está brindando seguridad a los ciclistas, pues es evidente que mientras las denuncias aumentan, son escasas las acciones para contribuir con la seguridad integral de los ciudadanos que a diario usan sus bicicletas como medio de transporte y además como una posible solución a la caótica situación de movilidad de la ciudad.