Ese tema ya estuvo a consideración del Concejo de Bogotá y se dejó pasar la oportunidad de tomar una medida sana para las finanzas del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), que ahora en la capital del Valle se adopta por mayoría.
Se trata de un acto de responsabilidad con los ciudadanos para encontrarles soluciones estructurales a un problema del transporte masivo, porque en Cali, como en Bogotá con el SITP, hay un asunto financiero que afecta al MIO.
En Cali entendieron la disyuntiva: recortar inversión social o acudir a fuentes alternativas como el cobro adicional al estacionamiento en parqueaderos, y optaron por esta segunda alternativa para no afectar los programas sociales. Van en busca del equilibrio financiero sin afectar la salud, la educación, lo social.
Invito al Concejo de Bogotá a reflexionar sobre la importancia de tomar medidas audaces para la capital, una urbe con dos millones de carros, que representan un potencial de ingresos importantes de la ciudad. El carro particular ayudando a mejorar el transporte público, eso es lo que el mundo de hoy nos invita a incentivar.
En seis meses, según los plazos que ha dado el Concejo de Cali, esa ciudad estará empezando a recibir recursos alternativos para fortalecer el MIO mientras en Bogotá seguimos sacando del presupuesto de inversión la plata que se necesita para llenar el hueco financiero que tiene el SITP.
Concejal