La indignación que le causó a la ciudad entera, encabezada por el alcalde Enrique Peñalosa, el atraco a esta mujer de 30 años, muestra la gravedad de este problema y la necesidad urgente de unirnos en contra de las bandas de atracadores.
Unos delincuentes que interceptan a una mujer en pleno barrio residencial y le disparan antes de robarle el carro corresponden a organizaciones delincuenciales, armadas, y que actúan sin escrúpulos. Como dice el alcalde, es miserable y reprochable que hoy una mujer embarazada tenga que estar en el hospital por cuenta de estos delincuentes.
Todos los actos criminales que afectan a los ciudadanos nos duelen, como le hemos venido señalando en torno a las víctimas de los delincuentes reincidentes, y que nos ha llevado a liderar la cruzada para que frenemos esa impunidad.
Este caso debe unirnos a todos. Hay una recompensa de 15 millones de pesos ofrecida por la administración para conseguir pistas de los delincuentes, que deben ser capturados y recibir todo el peso de la ley.
El atraco, el hurto, el asalto, no es un delito menor. En casos como este estuvo a punto de costarle la vida a una mujer y a su hijo que no ha nacido. Por eso no debemos tener consideraciones y enfrentar como sociedad uno de los problemas más graves que estamos viviendo.
Rechazo este y todos los hurtos, atracos y asaltos. Y rechazo que el problema no se pueda trabajar de manera efectiva a pesar de los esfuerzos de la Secretaría de Seguridad y La Policía por fenómenos como la reincidencia.
Lucía Bastidas