Con 23,9 km, se convertirá en una de las primeras líneas más extensas del continente, por encima de ciudades como Quito con 22 km, Sao Paulo con 20,4 km, Santiago con 19,3 km, Ciudad de México con 18,8 km o Buenos Aires con 9,4 km. Totalmente elevada, 13 metros sobre la calle, fue pensada con parámetros de eficiencia energética y una infraestructura que prioriza a los peatones y ciclistas y que al integrarse con el sistema de transporte público, permitirá la reducción sustancial de los tiempos en los desplazamientos por la ciudad, mejorará la calidad de vida y comodidad de los usuarios.
A pesar de ello, la PLMB ha tenido que pasar por una serie de altibajos para llegar a donde está y aún sigue afrontando los efectos de una férrea oposición y demandas sin fundamento. Es así como a la fecha, el proyecto ha sido objeto de un total de 25 acciones judiciales, de las cuales 21 han salido a favor de la Empresa Metro y tan solo 4 siguen en proceso. Y si eso no fuera suficiente, a pesar de que la Contraloría ha señalado que no se encontraron indicios de corrupción, algunos actores políticos siguen empeñados en comparar esta obra con un nuevo HidroItuango o carrusel de la contratación, que por el contrario, si hubo en los gobiernos que sus colectividades lideraron. Este tipo de acciones que en nada le ayudan a Bogotá, han desembocado en una demora innecesaria y de allí el llamado a construir sobre lo construido y adelantar sin contratiempos lo avanzado en el cuatrienio anterior.
La pasada Administración, se dio a la tarea de adelantar todos los estudios pertinentes para que hoy sea una realidad a corto plazo para los bogotanos. El Estudio sobre alternativas de ejecución por tramos y tipologías de la PLMB, el Estudio de alternativas de ubicación del patio taller y a partir de allí identificación de trabajos de campo complementarios e infraestructura. Además, el Consorcio MetroBog, analizó la información para la fase de actualización y optimización de diseños en: información de campo sobre el trazado Portal Américas - Parque Tercer Milenio; criterios de diseño para trazado en planta y perfil de la Primera Línea; inventarios, análisis, diagnósticos, diseño y especificaciones técnicas para el tema urbano – paisajístico; funcionales para el patio taller y técnicas para los diferentes sistemas electromecánicos y material rodante; los documentos sobre gestión RAMS, criterios de estructura y bases de cálculo para estimación del CAPEX y OPEX.
También, se analizaron y aprovecharon los estudios realizados en años anteriores para potencializar el proyecto, como: los de ingeniería básica avanzada desarrollados por el Consorcio CL1 en 2013 y 2015; los realizados en la Fase I del Convenio 1880 de 2014 entre IDU y la Financiera de Desarrollo Nacional, los análisis financieros, de fuentes de financiación, análisis OPEX ‘durante los 50 años de vida del proyecto’ (2015); e incluso estudios del mismo proyecto de la PLMB planteado desde el año 2008, que fue optimizado para hacerlo viable técnica y financieramente, justamente basados en las conclusiones del Estudio de Ingeniería de Valor.
La Primera Línea del Metro de Bogotá, le contribuye a la productividad y al medio ambiente, con la generación de 8.000 empleos directos en la etapa de construcción y el embellecimiento del entorno con la siembra de 4.843 árboles al término de la obra que cuenta con financiación de la Nación, el Distrito y la banca multilateral. Ya terminada, beneficiará directamente a 2.9 millones de personas de las zonas de influencia del trazado, movilizará a más de 72.000 pasajeros por hora y tendrá un recorrido que favorecerá a los ciudadanos de nueve localidades: Bosa, Kennedy, Puente Aranda, Antonio Nariño, Santa Fe, Mártires, Teusaquillo, Chapinero y Barrios Unidos; garantizando que más del 80 por ciento de sus usuarios sean de estratos 1, 2 y 3, lo que demuestra que se trata de un proyecto de altísimo contenido social al que solo le queda continuar, cumpliendo con el cronograma establecido.
Concejal de Bogotá
