La oportunidad está en las 80.000 nuevas canecas que comenzó a instalar la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) en los barrios y avenidas de la ciudad para que las personas depositen la basura en su lugar y no en la calle, como ocurre en muchos puntos de la ciudad.
Son cestas de basura en acero inoxidable y plástico resistente, que además se están instalando por parejas para que depositemos la basura reciclada, es decir, en una los materiales que pueden ser aprovechables y en otra los que deberán ir al relleno sanitario.
Los ciudadanos tenemos que entender que no se trata solo de que el gobierno de turno mejore el mobiliario urbano, sino que las personas deben poner su parte de responsabilidad y esta que requiere ahora la ciudad no demanda ningún esfuerzo, solo la voluntad de cuidar lo público, lo que nos sirve a todos los ciudadanos y que debe utilizarse para que las calles luzcan limpias.
Unas cifras para mostrar la importancia de este mobiliario que empieza a aparecer en los barrios de la ciudad: en total se invirtieron 45.000 millones de pesos y cada caneca cuesta alrededor de 600.000 pesos. Si la destruimos, estamos dañando un patrimonio que es de todos y que se pagó con el presupuesto público.
Son canecas aptas para una ciudad con lluvias como Bogotá, y por eso tienen tapa para evitar que el agua se mezcle con la basura, y además cuentan con relieve para apagar las colillas de cigarrillos, uno de los desechos que más se tira en la calle e invade las aceras y termina en las alcantarillas. No hay más disculpas.
No podemos perder una oportunidad para demostrar que entre todos podemos construir cultura ciudadana, respeto por lo público, y hacer de la limpieza de la ciudad una de las características de Bogotá.
Con este nuevo mobiliario Bogotá queda posicionada entre las mejores ciudades en este tipo de soporte para el aseo de la ciudad. En Nueva York hay una caneca por cada 318 habitantes, en Sao Paulo (Brasil) una por cada 92 y ahora Bogotá queda en 1 por cada 90 habitantes.
Concejal
