Quince estaciones del sistema por donde pasaron los estudiantes terminaron vandalizadas.
En el caso de la calle 57, por ejemplo se lanzaron bombas de pintura y se pintaron grafitis.
En las estaciones Profamilia y Centro de Memoria además rompieron los vidrios.
Los daños incluyeron los buses articulados: 26 resultaron gravemente averiados.
Defendemos el derecho a la protesta pero bajo ningún pretexto podemos aceptar el daño al patrimonio de los bogotanos.
TransMilenio es un servicio público y ya es hora de judicializar y castigar a los vándalos que lo dañan por oficio.
Fueron 43 mil los usuarios afectados durante las protestas.