A nivel nacional, de acuerdo con la Fiscalía y la Policía, las denuncias sobre violencias basadas género, disminuyeron en 47% entre el 22 de marzo y el 19 de junio durante la cuarentena; sin embargo, en el período comprendido entre el 25 marzo al 18 junio el incremento a las llamadas por violencia intrafamiliar a la línea 155 fue del 150% y las llamadas a línea 123 del 39%. Sobre el Feminicidio, entre el 1 de enero y el 24 de junio ya se han presentado 80 casos. Lo que llevó al gobierno nacional a buscar una estrategia que anunció este viernes para enfrentar este flagelo.
En Bogotá, las cifras de seguridad no son alentadoras, pues a diferencia de lo que se anunció a principios de mes sobre la reducción en varios delitos con respecto al año anterior, se debe tener muy presente que a diferencia del 2019, en esta ocasión y a partir del mes de marzo estábamos en un aislamiento obligatorio y preventivo que debió reflejar mejores índices. En el caso de la violencia contra la mujer, los casos no cesan, las llamadas se incrementaron y aunque la denuncia disminuyó, es un tema de observación y preocupación, pues la oportunidad de denunciar cuando en la mayoría de casos el agresor está dentro del hogar, debe generar un plan de atención más acertado desde el Distrito.
Es así, como desde que comenzó el aislamiento el pasado 20 de marzo en Bogotá, ya se tiene cuenta de la ocurrencia de siete feminicidios, en diferentes localidades. Se han recibido más de 15 mil llamadas a las Línea Púrpura y en las Casas de Igualdad de Oportunidades; 10.932 solicitudes de información vía WathsApp; 2.627 llamadas que han requerido atención de profundidad por violencia psicológica (48%), violencia física (25%) y un 4% por violencia sexual.
Es claro que necesitamos una respuesta efectiva de cada uno de los casos, seguimiento, investigación, control y la judicialización de los responsables. Que así como se apunta a reducir el homicidio, los hurtos, y el microtráfico en la ciudad, también se busque detectar las localidades donde más ocurren casos de abuso físico y sexual, feminicidio, violencia intrafamiliar, violencia económica o psicológica, para fortalecer la política de seguridad también dirigida a las mujeres.
El gobierno nacional ya dio el primer paso con una estrategia direccionada puntualmente a atacar ese tipo de violencia de género que tiene lugar contra la mujer, que plantea entre otras cosas una articulación entre los territorios y la nación para el fortalecimiento de las comisarías de familia y su capacidad, la unificación de bases de datos del orden local al nacional, identificación de agresores y el seguimiento a cada caso denunciado con un acompañamiento particular, dependiendo de la situación y principalmente a la implementación de estrategias de Big Data e inteligencia para evitar que un llamado de auxilio termine en un feminicidio. El reto está en atender los casos en riesgo en lugar de buscar a un criminal que haya atentado o acabado con la integridad o la vida de una mujer.
En ese sentido, el Distrito debe establecer una meta clara para reducir los indicadores y cimentar una política clara de atención a las mujeres víctimas y sus familias, con atención integral, capacitación, apartándolas del riesgo de manera oportuna y levándolas a un ambiente seguro para ellas y sus hijos. En un trabajo articulado con la Fiscalía, la Policía e incluso la defensoría del pueblo y la mejor oportunidad es incluyendo esta dinámica lamentable en las acciones a emprender en el nuevo modelo que integrará a los cuadrantes dinámicos.
Concejal de Bogotá
