También el hecho de que es un Plan de Ordenamiento de Proyectos estratégicos, detonantes y estructurantes que buscan transformar la ciudad optimizar el uso del suelo y generar un alto nivel de calidad de vida para los ciudadanos. Se destacan, entre otros, Ciudad Norte, Ciudad Río, Ciudad Lagos de Tunjuelo, senderos ecológicos como el de los cerros orientales y parques lineales como el del río Tunjuelo.
Entre los avances que trae el POT está que por primera vez fija de manera concreta una política para la ciudad rural y dicta los lineamientos para que Bogotá pueda trabajar con los municipios vecinos en proyectos regionales estratégicos que beneficien todo el territorio, en materia de transporte y desarrollo urbano.
El tamaño de la misión es inmenso y debe estar alejado de ideologías, de rencillas políticas y de intereses personales, porque estamos decidiendo el rumbo que tomará nuestra capital. El debate de este tema no admite mentiras ni verdades a medias, porque están en juego el futuro, la gobernabilidad, la sostenibilidad ambiental y social y la competitividad económica.
Es un tema que debe ser estudiado, debatido y aprobado pensando en los más altos intereses de los ciudadanos y en lo que más le convenga a la urbe más poblada e importante del país, su capital.
La concejal Bastidas advirtió que el deber de los concejales es que el POT que se apruebe contribuya a orientar un desarrollo de la ciudad en el que haya inclusión, igualdad, felicidad y democracia en el territorio y que garantice las herramientas para realizar las obras que Bogotá necesita y las condiciones que se requieren para que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades.