La Asociación Colombiana de Diabetes asegura que esta enfermedad prevalece en el 7,6 por ciento de los hombres y 8,5 por ciento de las mujeres. La cifra puede pasar de cuatro millones de personas. Al menos el 66 por ciento de las personas con diabetes están en Bogotá y el 34 por ciento en otras zonas del país.
La Organización Panamericana de la Salud estima que en las américas hay 62 millones de personas con diabetes tipo 2.
En el mundo, uno de cada once adultos tiene diabetes y lo más grave es que la mitad de las personas con la enfermedad no han sido diagnosticadas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 212 millones de personas conviven con la enfermedad sin saber que la padecen. La mayoría están en edad laboral.
No solo causa muertes, en el 2017 fueron cuatro millones de personas las fallecidas, sino que se ha convertido en uno de los principales gastos sanitarios de los países. En el mundo la cifra se calcula en 727.000 millones de dólares. La diabetes es la octava causa de muerte en el mundo.
El problema no es solo para los adultos que padecen diabetes tipo 2, sino para los niños y adolescentes que sufren de diabetes tipo I. La OMS dice que hay un millón de enfermos entre los menores.
Es fundamental que las familias entiendan que la diabetes es una enfermedad que puede ser prevenida y controlada, pero que es un trabajo en equipo que se realiza entre todos para comprender los factores de riesgo, los signos y los síntomas.
No es gratuito que en el 2019 el mensaje de la campaña sea ‘Diabetes: protege a tu familia’ porque un enfermo de diabetes se convierte en una carga para el paciente y para quienes lo rodean. Entender el problema es encontrar salidas para tener una buena calidad de vida tomando las medidas de prevención adecuadas.
El otro aspecto crítico es que es un trabajo no solo de las familias. Desde las entidades del Estado es fundamental que las políticas de salud pública promuevan una dieta sana, actividad física y un peso corporal saludable.
No hay que olvidar que no controlar la diabetes puede afectar en cadena todos los órganos, empezando por la visión, el páncreas y el riñón. Y de ahí se pueden desencadenar daños en el organismo que pueden llevar a la muerte.
CONCEJAL