La paz es entre todos, con todos y para todos
Y cuando digo todos, me refiero a todos: a mujeres cabeza de familia, adultas mayores y niñas; a los jóvenes en situación de vulnerabilidad; a la comunidad afrodescendiente e indígena; a las personas víctimas del conflicto armado; a la población LGBTI, a profesionales, estudiantes y trabajadores. Me refiero a todos.
De ahí que la primera obligación, de todos, es salir a votar el referendo para pronunciarnos en torno a los acuerdos de Paz de la Habana.
Pero hay otra responsabilidad que es inaplazable si de verdad queremos que la paz sea entre todos, con todos y para todos: necesitamos saber, de verdad, cuántas son las víctimas, y cómo les vamos a llegar en el posconflicto. Porque a ellas es a las primeras que tenemos que auxiliar en la etapa del posconflicto.
Por eso la ciudad tiene que establecer cuántas son las víctimas. En el Registro Nacional hablan de alrededor de siete millones cien mil víctimas en el país, una cifra incierta que cambia con los días. Los estimativos que nos han dado es que Bogotá, como una de las principales ciudades receptoras, tendría el 9 por ciento de ellas, es decir, alrededor de 630.000.
Pero en la aplicación de los acuerdos de La Habana no podemos actuar a tiendas y con cifras parciales o estimaciones a ojo. Es indispensable que nos pongamos a trabajar ya en depurar nuestros censos, en identificar dónde y en qué condiciones están esas personas.
Sabemos por dónde empezar, porque lo que sí tenemos claro es que las localidades de la ciudad que más víctimas albergan son Ciudad Bolívar, Bosa, Kennedy, San Cristóbal y Rafael Uribe Uribe. Por ahí deberíamos empezar.
Para que la paz sea entre todos, de todos y para todos, es necesario insistir, como he venido planteando desde el Concejo, en generar nuevos valores, construir sentido de comunidad, promover formas creativas de enfrentar el conflicto y trabajar de adentro hacia afuera, es decir, desde el hogar, desde la comunidad, desde el barrio.
Lucía Bastidas
Concejal