No es una novedad que caracteriza la administración de la “Bogotá Mejor para Todos”. Ya que Enrique Peñalosa demostró en su primera administración que los recursos forestales no son objeto de protección en favor del derecho colectivo a gozar de un ambiente sano y la protección de salvaguardar este derecho a las generaciones futuras. Por solo enunciar, ustedes pueden corroborar la sentencia judicial del Juzgado Sexto Administrativo de Bogotá D.C , dentro de la Acción Popular 2008-0006, que promovieron los ciudadanos Henry Jaramillo González y Ariel Ricardo Osorio Suarez, quienes probaron el ecocidio, que se presentó en el Bosque San Carlos de la ciudad, cuando entre 1999 -2001, se intervino este importante territorio ambiental de la ciudad con talas y obras civiles que han reducido los servicios ambientales de este importante sector estratégico en la ciudad.
Actualmente, problemas ambientales como la tala de los recursos forestales en el parque el Virrey, también en la 116, evidencian que esta administración no tiene la más mínima intención de protegerlos, ya que no se cuenta con la ciudadanía para tomar este tipo de decisiones que por antonomasia deben estar involucrados como consecuencia de las políticas ambientales, están sujetas al principio de la participación de la sociedad civil, la cual se encuentra empoderada en los artículos 79 y 80 de la Constitución Política de Colombia.
En el Distrito existe abundante normatividad que regula el protocolo y manejo silvicultural, sin embargo, es de suma gravedad los nulos canales participativos que esta administración distrital, ha proporcionado a las comunidades para que retroalimenten las decisiones de la administración pública distrital. Esta circunstancia, motiva los problemas y la resistencia de quienes han otorgado un valor paisajístico, cultural, contemplativo a los recursos forestales en la ciudad.
Si bien, estoy convencido que los recursos forestales con riesgo de volcamiento deben ser intervenidos inmediatamente para evitar posibles responsabilidades administrativas, debo señalar que su intervención debe ser utilizada como último recurso y no el primero como se está presentando.
Es fundamental que la administración distrital reconozca la importancia de la participación ciudadana en la formulación, implementación y control de políticas, programas, estrategias, acciones y decisiones en aras de evitar problemas y conflictos ambientales.
Cordialmente:
JORGE DURAN SILVA
CONCEJAL DE BOGOTA.