En el 2018 murieron en promedio 49 personas al día, hasta completar 18.000 fallecimientos al terminar el año y hoy en Colombia casi 230.000 personas cargan con los dolores de esta enfermedad, de la que se pueden descubrir unos 30.000 casos al año, según las cifras oficiales.
De nada sirve detectar a tiempo la enfermedad, si a la hora del tratamiento y del suministro de medicamentos el sistema falla como ocurre en el país. Y de nada valen las campañas para que las personas hagan exámenes de prevención si no logran los exámenes que se requieren para lograrlo.
Tenemos indolencia de algunas EPS que no entienden que cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, entre la detección y el tratamiento son vitales para salvar una vida.
Por eso que una persona a la que le acaban de dar la noticia de que tiene cáncer tenga que esperar 45 y hasta más de 70 para empezar un tratamiento podría convertirse en una sentencia de muerte.
Y en Colombia son muchos los sentenciados porque pocas personas logran que sus EPS inicien con prontitud los tratamientos una vez detectada la enfermedad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre el 30 y el 50 por ciento de los cánceres se pueden prevenir y muchos se pueden detectar, tratar y curar tempranamente e incluso en la parte terminal se puede aliviar el sufrimiento del paciente con cuidados paliativos adecuados.
Pero la realidad castiga a los enfermos, especialmente en los países de ingresos medios y bajos. El 16 por ciento de las personas con cáncer fallecen.
Y un dato alarmante, menos del 30 por ciento de los países de ingresos bajos informan que tienen tratamientos para el cáncer, mientras en los países de ingresos altos el porcentaje llega al 90 por ciento.
Lucía Bastidas
Concejal