La visión futurista es evidente. Hoy, los bogotanos son conscientes de la necesidad de buscar medios alternativos de transporte, y muchas personas van en bicicleta, patineta y otros medios, además del transporte público.
Más de 12 mil toneladas de bióxido de carbono dejarán de contaminar el aire de Bogotá gracias a que en lugar de carros particulares los bogotanos utilizarán más de dos mil buses para movilizarse en el sistema TransMilenio.
Es una buena oportunidad para pensar que las medidas pensadas para el largo plazo sobreviven a las críticas y a los enemigos. El Día sin carro, que en su momento fue rechazada, hoy es un patrimonio de la ciudad.
Bien por Bogotá y por sus ciudadanos, que se apropiaron de una idea y la convirtieron en una realidad anual.
CONCEJAL DE BOGOTÁ