Movilidad, el gran desastre de la administración de Gustavo Petro

Demora en la ejecución de las obras de infraestructura, como la troncal de TransMilenio por la avenida Boyacá, los cables aéreos de ciudad Bolívar y San Cristóbal, el metro y las ciclorrutas demuestran la ineficiente gerencia del alcalde Gustavo Petro en la gestión de movilidad. 

Este sector, al que el gobierno Petro le asignó el 29,2 por ciento del presupuesto de la ciudad, el más alto del Plan de Desarrollo, es el más atrasado en ejecución: de 13 billones de pesos asignados para los cuatro años, en lo que va del gobierno se han ejecutado 5 billones, que representan el 36,5 por ciento del total.

Teniendo en cuenta que el alcalde ya se gastó 40 de sus 48 meses de Gobierno, no hay duda de que la administración se rajará en movilidad, habiendo tenido a su disposición el presupuesto más grande en la historia de la ciudad para esos efectos.

Como lo evidencia un informe de la Veeduría Distrital, de las 43 metas que tiene el programa de Movilidad Humana en el Plan de Desarrollo, 23 están por debajo del 50 por ciento de ejecución, incluso algunas están en cero. Significa un atraso preocupante en el 62 por ciento de las metas.

El informe de la Veeduría muestra que a estas alturas del Gobierno, ya hay metas de movilidad que el alcalde Petro no va a cumplir, en particular algunas que están en cero por ciento de ejecución.

Entre ellas, baste mencionar, la promesa de reconstruir las troncales Caracas y Autonorte, la construcción de los primeros cinco kilómetros de la primera línea del metro, los 44,1 kilómetros de construcción de la red férrea y los siete kilómetros de las líneas de cable aéreo en Ciudad Bolívar y en San Cristóbal. De estas promesas del gobierno Petro los ciudadanos se deben olvidar, porque no se cumplirán.

Hay otras metas que en concepto de la Veeduría Distrital podrían avanzar, pero depende de que haya un impulso de parte del gobierno. Entre ellas están la implementación de zonas de estacionamiento en vía, que van en 69 por ciento; la implementación de un sistema de bicicletas públicas, que está en el 61,46 por ciento; la mejora del estado de los puentes vehiculares, que va en 58 por ciento, y la ampliación de puentes peatonales que está en el 56 por ciento.

Frustrante resulta para los bogotanos que una de las obras que hubiese ayudado a detener el deterioro de TransMilenio, la troncal de la avenida Boyacá, apenas haya avanzado parcialmente en los estudios, cuando el concejo de Bogotá le autorizó su financiación con el cupo de endeudamiento.

Si la administración no quiere fracasar del todo, bien podría acelerar el paso para al menos dejar en marcha la obra, que es vital para el transporte masivo en el occidente de la ciudad. Esa es una de las 31 metas con las que se comprometió el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), que en 16 tiene cero por ciento de ejecución y en 11 menos del 50 por ciento.