Las migraciones están transformando nuestras sociedades de manera rápida y las expresiones de rechazo se han convertido en una problemática en muchos países. Entender que cada ser humano es único es fundamental para combatir la xenofobia, ya que al asociar una lista de características negativas a todo un grupo de personas que comparten una nacionalidad hará que nuestra percepción se vuelve homogénea y deshumanizante.
En Colombia se ha recibido 1.771.237 migrantes venezolanos según (ACNUR, OIM, 2020). Y Bogotá lidera el número de venezolanos con 352.431. Las muestras de xenofobia no se han hecho esperar, lo hemos podido ver en distintos eventos de la ciudad. Claro, estoy de acuerdo que si alguno incumple y hace cualquier tipo de delito se debe seguir el proceso normal ya sea de expulsión, cárcel o lo que corresponda. Lo que no podemos es ser líderes de generar más xenofobia y menos en figuras públicas como una Alcaldía.
Como líderes no debemos ser promotores de este tipo de discriminación, entiendo que todos los actores gubernamentales deben actuar alrededor de la Movilidad Humana por parte del pueblo venezolana, como lo hemos venido haciendo desde Bogotá, recordemos el reconocimiento que se le da a la Secretaría de Integración Social por el trabajo que ha hecho con esta población migrante.
Es evidente que las condiciones han cambiado, y el tema de Covid-19 nos tomo a todos por sorpresa y la capacidad hospitalaria no es la más optima, pero esto no debe nublarnos la capacidad de liderazgo y la empatía con esta población que le ha tocado huir de su país por las malas condiciones en las que se encontraban.
Comparto unas palabras de un amigo Venezolano que esta al frente de una Asociación de Venezolanos en Colombia AsoVenezuela: " La OMS ha pedido que todos los países deben encontrar un delicado equilibrio entre la protección de la salud, la minimización de los trastornos sociales y económicos, y el respeto de los derechos humanos. Los artículos 44 y 45 superiores consagran que son derechos fundamentales la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, y el Estado tiene la obligación de asistir y protegerlos para garantizar el ejercicio pleno de sus derechos. El artículo 100 de la Constitución Política estima a los extranjeros “habitantes” con iguales derechos y deberes que los nacionales.
No es el momento de discriminación, trato diferenciado o represión por origen o nacionalidad. El tiempo que se invierta en esa indebida conducta puede ser revertido en acciones positivas."
En este momento de contingencia debemos pensar en cada ser humano que esta en esta ciudad, una ciudad de todos, trabajando en la cultura de cuidarnos entre todos y respetar las diferencias.
Concejal de Bogotá