Y esa consecuencia la está haciendo notar la Contraloría General de la República que alerta porque se podría incurrir en detrimento patrimonial por no utilizar 171 predios que ya se compraron para ese proyecto y que hasta hoy no se han podido utilizar.
Está bien que la Contraloría General de la República revise con detenimiento todos los procesos, pero quiero llamar la atención sobre la alerta que lanza: que TransMilenio por la carrera 7ª está diseñado como un complemento para la primera línea del metro.
Esos dos proyectos están conectados a través del ramal de la calle 72 que conecta la troncal de la 7ª con la primera línea del metro. No hacer la troncal tendrá efectos sobre la primera línea y en eso debe pensar la administración.
Esta condición de complemento e interconexión no se puede pasar por alto porque es vital para el futuro de la movilidad de la ciudad.
Es de esperar que el juez que tiene el proceso de acción popular que detuvo la adjudicación de la licitación de la troncal, porque no encontraba que la futura obra de la 7ª estuviera armonizada con el Plan Parcial el Pedregal se falle a favor de la ciudad.
La razón es clara: a finales de diciembre del año pasado se conoció un informe de la Procuraduría General de la Nación que dijo, después de varios meses de análisis, que sí hubo armonización del proyecto de la 7ª con el Plan Parcial El Pedregal. Es decir, desaparece el argumento por el cual se suspendió la licitación.
La administración debe escuchar la alerta de la Contraloría General de la República: en este momento hay 175 predios adquiridos para la troncal que están demandando recursos para su custodia y mantenimiento, y no hacer nada con ellos puede llevar a un detrimento patrimonial.
Son tres millones de personas las que se beneficiarán con esa troncal que va a beneficiar a quienes usan el transporte público y hoy se demoran hasta tres horas en atravesar la ciudad entre el sur y el norte. Es una razón más que suficiente para poner los intereses ciudadanos por encima de otras convicciones.
No dejemos que esos bienes adquiridos por la ciudad se conviertan en un problema y usémoslos en beneficio de una movilidad más amable para los ciudadanos.
CONCEJAL DE BOGOTÁ