Oponerse a los taxis inteligentes es enterrarnos en el pasado

Diariamente se registran 15 quejas por alteraciones en los taxímetros que son detectadas por los usuarios víctimas de este atropello. Solo entre enero y febrero de este año se aplicaron 885 sanciones a taxistas por diferentes anomalías.

Es urgente corregir las fallas que generan algunos taxistas que abusan de los usuarios adulterando los taxímetros o abusando descaradamente de los turistas. Son unos pocos, pero causan mucho daño.

Es importante que los bogotanos no se dejen engañar por los mitos y mentiras que los enemigos del cambio han querido posicionar en la opinión, pues la verdad es que hay una actitud positiva de las empresas frente al proceso de modernización, distinto al ruido que han hecho quienes se oponen al cambio por intereses personales y ocultos.

El 95 por ciento de las empresas de taxi en la ciudad han solicitado acreditación de plataforma tecnológica, lo que indica que están dispuestas a usar dispositivos móviles, entre ellos las tabletas, para el cobro de la tarifa. En la capital hay 49.449 taxis registrados en 57 empresas.

Lo primero es que hay que tener claro que este proceso de modernización en la tecnología para el cobro de las tarifas y el control a los taxistas y a las empresas se construyó de manera conjunta entre el Distrito y el Ministerio del Transporte, que fue el que homologó las aplicaciones que presentaron los empresarios de taxi de la ciudad.

Bogotá no puede quedar rezagada de los avances del mundo. Es hora de cambiar los taxímetros y los ruidosos radioteléfonos. Con este proceso ganamos todos: los usuarios, porque ganan seguridad y certeza en la tarifa y en el servicio que reciben. Y por supuesto los taxistas, las empresas y la ciudad, porque se mejora el control y se monitorea el servicio en tiempo real. Es un aporte a la competitividad de la ciudad y del servicio.

Es una mentira que con las aplicaciones tecnológicas se quebrará a los taxistas; por el contrario, se tiene más certeza de la tarifa para el taxista y el usuario, y la empresa puede tener la certeza de la producción de su vehículo. Esos controles son los que no les gustan a quienes se oponen a la modernización.

No más palos en la rueda a la modernización de los servicios básicos de la ciudad, como se ha querido hacer en el proceso de cambiar los taxímetros por aplicaciones móviles. Aquí son palpables los intereses que se quieren proteger al entrabar la transformación.

Con el modelo que propone la Alcaldía, la secretaría de Movilidad va poder monitorear en tiempo real dónde están los taxis y además va a garantizar que los conductores estén plenamente identificados.

Ya hay empresarios comprometidos con modernizar los taxis que han invertido más de 15.000 millones de pesos, capacitando a sus conductores e invirtiendo en tecnología, y además hay 20 aplicaciones aprobadas y homologadas por el Ministerio del Transporte. El proceso está avanzando, a pesar de las trabas.