En el primer trimestre del 2018, en la capital del país se reportaron 1.041 casos de violencia contra menores de edad y según las cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar tenemos una cifra de 12 menores violentados cada día en la ciudad.
Es por cifras como esas que no podemos olvidar el legado de Gilma Jiménez, porque la tareas está por hacer, porque los niños siguen siendo unas víctimas inermes de adultos irresponsables que deberían sentir vergüenza porque han hecho de Colombia uno de los países de América Latina con más violencia contra los menores.
Las estadísticas de Medicina Legal indican que en el país 10.082 niños y niñas son víctimas de violencia intrafamiliar cada año. Pero lo grave del asunto es que ese dato, que ya es alarmante porque ni un solo niño o niña debería ser objeto de violencia, se queda corto, porque desconocemos de verdad la magnitud del problema.
No contamos con un registro que de verdad nos ayude a hacerle seguimiento a este asunto tan grave para el futuro del país.
¡Qué vergüenza!, Gilma Jiménez. No hemos sido capaces, si quiera, de atenuar al problema.