Defendemos el derecho a protestar, pero pacíficamente y sin atentar contra el interés general de la ciudad. Sabotear el servicio público cómo se ha venido haciendo desde la noche del miércoles es una acción violenta, como lo ha sido el hecho de pinchar llantas e impedir la salida de los camiones para sabotear el servicio de aseo.
Quiero denunciar que esta situación es consecuencia de las malas decisiones del gobierno del exalcalde Gustavo Petro, que le entregó a la empresa Aguas de Bogotá el servicio del aseo cuando al entidad no tenía capacidad para asumir esa responsabilidad, porque no tenía la experiencia ni la capacidad jurídica, administrativa ni financiera para asumirlo.
Hoy estamos viendo que las malas decisiones sí afectan el presente, y cuestan miles de millones de pesos, porque el plan de contingencia que ha tenido que asumir el distrito cuesta dinero que sale del presupuesto público.
No es con violencia ejercida contra la ciudad como se defiende el derecho al trabajo. Y no es buscando réditos políticos a través del populismo y aprovechando cualquier coyuntura. Y además, impidiendo a los trabajadores mandar sus hojas de vida para que se vinculen a los nuevos concesionarios, como han hecho algunos de los sindicatos.
Quiero hacer un llamado a la protesta pacífica, a respetar los derechos de todos los bogotanos, y a los trabajadores de Aguas de Bogotá para que manden sus hojas de vida a los nuevos operadores.
Lucía Bastidas