En debate de control político que adelantó el Concejal Roger José Carrillo Campo, el pasado 6 de mayo, en el Concejo de Bogotá, de manera enfática afirmó que, contrario a lo que la mayoría de las personas piensan que el sistema Transmilenio es malo, el cabildante resaltó su importancia como único transporte público masivo con el que cuenta la ciudad y que ha sido el referente para muchos países latinos y aún europeos. Constituyéndose en el patrimonio de la ciudad.
Lo que sucede, continúa el concejal, es que infortunadamente las demás obras del subsistema vial como el metro, el tren ligero por la séptima, los cables aéreos de Ciudad Bolívar y San Cristóbal, la troncal de la Boyacá, la ALO, la ampliación de red troncal de Transmilenio, el aumento de la malla vial intermedia y local, entre otras, que hacen parte del Sistema Integrado de Transporte Público, no se ha cumplido, lo que ha conllevado a que el Sistema del Transmilenio desborde su capacidad proyectada.
Así las cosas, dice el cabildante, la falta de capacidad del sistema Transmilenio, el que está transportando más de 2 millones diarios de usuarios, sólo podría solucionarse con el ingreso de más articulados, pero siempre y cuando se amplíe la malla vial del Transmilenio principalmente y demás obras, de lo contrario, resultaría peor el remedio que la enfermedad.
Aunada a la anterior circunstancia, son los tres grandes males que aquejan actualmente al sistema: LA INSEGURIDAD, LOS COLADOS Y ACCIDENTALIDAD.
La primera problemática ya está siendo examinada y apoyada por el Gobierno Nacional, aumentando el pie de fuerza en el sistema, además de la utilización de los medios tecnológicos, alarmas, video- cámaras, sensores, etc., pero las otras dos problemáticas, estoy convencido, es la ausencia de una política pública de Cultura Ciudadana, la que genere en el habitante de la ciudad la práctica permanente de valores y significados compartidos que hacen posible la realización de un proyecto de ciudad que garantice el desarrollo humano sostenible, el respeto mutuo, el sentido de pertenencia, la calidad de vida, la conciencia ambiental y política.
Es urgente que toda la sociedad iniciemos una campaña desde lo personal que trascienda a lo social, en realizar un cambio en el que el respeto, la tolerancia y solidaridad sean nuestro estilo de vida.
ROGER JOSE CARRILLO CAMPO