El Concejal Roger Carrillo solicita de manera urgente implementar un modelo que restrinja y castigue el porte y venta indiscriminada de armas en la ciudad. Asegura que a la medida no se le puede dar más largas.
Pese a los importantes avances en materia de seguridad que la administración distrital y la Policía lograron el año pasado, la preocupación frente al porte de armas blancas sigue latente.
En el 2012, fueron incautadas unas 340 mil en la ciudad y solo durante enero de este año fueron incautados 50 mil elementos cortopunzantes.
Y es que, además -según la Policía- más del 60 por ciento de los delitos que se presentan en Bogotá son cometidos con armas blancas. Esto indica que si el porte y venta es reglamentado y castigado penalmente, muchas vidas podrían salvarse, y por supuesto se disminuiría los índices de criminalidad.
Son preocupantes las cifras de muertes violentas y violencia interpersonal, causadas con armas blancas, ya que, según el Instituto de Medicina Legal, alcanza la cifra exorbitante de 58.397 (años 2008-2012), frente a una cifra de 5.579 del mismo periodo, causadas con armas de fuego.
Para el concejal Roger Carrillo, una de las estrategias para que los índices de delincuencia continúen bajado y delitos de alto impacto, como el homicidio, el atraco, el hurto, entre otros, desciendan aún más, es que el uso y comercialización de estas armas sea restringido y solo sean permitidas para personas que las requieren exclusivamente para su trabajo.
“Estas cifras muestran la importancia y necesidad de tramitar y aprobar una ley, mediante la cual se penalice el porte y venta indiscriminado de armas blancas; es un negocio que les deja altas sumas de dinero a desadaptados e inmenso dolor a nuestra ciudad”, agregó Carrillo.