Hay lunares, como la Plaza de Los Luceros, una herencia de mala planeación e ineficientes resultados que recibió este gobierno, donde los módulos que se construyeron nunca fueron totalmente ocupados por los comerciantes, que prefirieron seguir en la calle, entre otras razones por los problemas de servicios y en las instalaciones que es preciso resolver de manera definitiva.
Celebro que los 10.889 millones de pesos que se han invertido en los últimos dos años se estén viendo en el mejoramiento de las fachadas y la estructura, en los pisos, en el mobiliario y en las cocinas de estas plazas, algunas de las cuales son modelo de gastronomía.
Es cierto que hay 11 de las 19 plazas que vienen ejecutando sus planes de regularización para ponerse a la altura de su clientela, pero tenemos que llegar al 100 por ciento de estos espacios.
Es muy positivo para la recuperación del centro de la ciudad que plazas como La Concordia y La Perseverancia tengan hoy una nueva cara, gracias a las obras que se han realizado y además de ello una organización más activa de sus comerciantes, actividades culturales y, sobre todo, unos vendedores capacitados en liderazgo y convivencia, buenas prácticas, clasificación de alimentos, limpieza, servicio al cliente, finanzas personales, mercadeo y manipulación de alimentos.
Son 9.337 personas las que han participado en estas capacitaciones, algunas de ellas lo han hecho en todos los cursos. Es importante que extendamos todos estos beneficios a las 19 plazas de mercado de la ciudad.
Es bueno que aprovechemos estos espacios para sensibilizar en otros temas que son cruciales y afectan a las mujeres para avanzar la prevención contra la violencia y que hagamos esfuerzos para trabajar de la mano con los comerciantes para solucionar el problema de pérdida de comida y hacer un uso óptimo de lo que queda en las plazas.
Las 247 actividades de promoción que se han realizado de las plazas de mercado no son suficientes para convertirlas en referentes turísticos, es importante que les hagamos más publicidad y que se promuevan actividades que las visibilicen, como ocurre con la Noche de las Hierbas en la de los Mártires.
