Este martes marcharon por el barrio Antonio Nariño, en el sur de Bogotá, con pancartas en las que exigieron justicia y ante todo le pidieron a la Policía que agilice el proceso para capturar al hombre que según sus testimonios confesó que asesinó a Lady.
En las pancartas que exhibieron durante la marcha identificaron al autor del crimen como Gersaín Hoyos, y aseguran tener en audio la confesión de este feminicidio que, además, dejó a un niño de ocho años huérfano y no solo acabó con la vida de Lady sino de su bebé de tres meses de gestación.
“¿Qué queremos las mujeres?: justicia, derechos, una vida libre de violencia”, se leía en los carteles de los amigos que acompañaron a la familia de Lady y exigían que se despertara de la indiferencia que acompaña a nuestra sociedad frente al feminicidio. “Nos queremos vivas”, decía otra pancarta.
Me uno a la voz de la familia y de los vecinos. Con mi unidad de apoyo normativo acompañamos la marcha, en medio del clamor, el llanto y la tristeza que produjo este nuevo feminicidio en los habitantes de los barrios Antonio Nariño, Eduardo Santos, La Fragua y Santa Isabel.
Necesitamos justicia y que la Policía proceda rápidamente a reunir las pruebas para capturar al homicida. Si es como dice la familia que fue la expareja sentimental de Lady, exigimos que caiga sobre él todo el peso de la ley, y que con su captura se evite que otras mujeres corran la misma suerte en sus manos.
No queremos que se haga realidad una de las frases que pronunció durante la marcha una familiar de Lady: que la justicia es coja, manca, ciega, sorda y muda. Tienen razón en ese escepticismo porque la mayoría de los crímenes de mujeres queda en la impunidad y hasta octubre pasado habían matado en la capital a 94 mujeres y de sanción a sus homicidas no hay decisiones ni capturas.
Lady merece justicia. Su hijo de ocho años, también. Su familia no se puede quedar con la orfandad y además con la impunidad.
Lucía Bastidas
Concejal