Vandalismo, desinformación ¡no son protesta social!

Vidrios rotos en buses y estaciones, muros totalmente rayados grafítis vandálicos, negocios cerrados por varias horas son pena de la acción criminal de estos personajes, usuarios del transporte, peatones aterrorizados por los ataques indiscriminadas de estos delincuentes y atascos del tráfico son apenas una muestra de la cadena de atropellos que se cometen en estas ocasiones contra la ciudadanía.

El vandalismo no es protesta social, ni revindica posiciones que ayuden a consolidar la tolerancia y el dialogo.

En las marchas del 10 de octubre, nueve articulados de TransMilenio fueron pintados. Ese día las personas no pudieron llegar a tiempo a sus hogares porque los bloqueos de los vándalos paralizaron el sistema.

En la llamada marcha Zombi del 31 de octubre, otra vez los usuarios de corredores vitales para la movilidad como la carrera 30, al calle 26, la avenida 26 y las carreras 7ª y 10ª tuvieron que soportar estoicos el atropello de los bloqueos.

Lo grave para la ciudad es que hasta la acción de las autoridades por controlar el delito generan rechazo, como ocurrió el miércoles en la tarde, cuando un operativo conjunto de la Policía y la Dian contra el contrabando llevó a una asonada que causó terror entre los usuarios de los buses.

Encapuchados se subieron a la estación de la Jiménez y a los buses y amenazaron con quemarlos si los pasajeros no se bajaban. Los vidrios de cinco buses y de 15 puertas de las estaciones de TransMilenio terminaron rotos, el centro invadido de piedra y escombros, los pasajeros aterrorizados corriendo en busca de refugio y los negocios del centro cerrados.

Con ácido están rayando los vidrios del servicio público; esos vidrios no se pueden limpiar y necesariamente hay que cambiarlos, lo mismo ocurre con las puertas. Esa forma de hacer oposición no vale, esa forma de actuar para no dejar gobernar no es valiente ni se compadece con la ciudad, ni la ciudadanía.

Todo lo que se hace en favor de la ciudad no gusta, es tutelado, demandado, protestado y la peor estrategia: la desinformación.

Así no se ejerce oposición. Así no se usa el derecho a la protesta. Los delincuentes que atentan contra los ciudadanos, contra el patrimonio público y contra la autoridad deben recibir todo el peso de la ley.