Vendedores informales en Bogotá

En cifras; la informalidad es más baja entre personas de 26 a 45 años con un (40,3%) y tiene un crecimiento mayor en la población de 46 a 65 años con un (53,2%).

De cada dos colombianos, uno gana el sustento para su familia con un empleo informal y esta es una de las mayores preocupaciones de todas las encuestas de percepción ciudadana, esto tiene sobre la economía unos efectos muy negativos, por ejemplo:

1.  La evasión de impuestos

2.  Crisis del sistema pensional, porque son pocos los que cotizan.

3.  Lavado de activos al no saber las fuentes de los ingresos para el desarrollo de las actividades.

En cuanto al nivel educativo la informalidad se acentúa en las personas sin educación superior en donde el porcentaje se ubica en el (59,8%) de la población, al contrario, entre los colombianos que tienen acceso a la educación superior, la informalidad está en el margen del (25,5%). 

Ahora bien, entrando a nuestra ciudad, como bien se sabe y desde hace décadas, uno de los problemas críticos que tiene Bogotá como efecto de la dinámica de nuestra economía, al que ninguna administración ha sabido darle solución, es el de los vendedores informales. Con ellos convivimos a diario, pero su actividad debe ser regularizada de manera correcta, como ha ocurrido por ejemplo en Guayaquil y otras ciudades de América Latina, la falta de oportunidades en una ciudad como Bogotá y la necesidad de ganarse un sustento diario para subsistir, es la principal razón por la cual muchos de los vendedores informales llegan a ejercer este oficio.

Se estima, que en Bogotá existen más de 170.000 vendedores informales y eso nos debe preocupar y llevar a que las autoridades le den una solución racional, diseñada y consiente de la realidad en la capital sobre este particular. Debe implantarse una política a nivel Distrital al respecto, pues todo vendedor informal que labora en un espacio público, adquiere derechos que son protegidos por la Constitución y las leyes.

Hoy quisiera referirme en este debate sobre informalidad en Bogotá, a una población que entre finales del 2016 a la fecha ha entrado en forma masiva al país y un gran número se ha establecido en la capital, me estoy refiriendo a nuestros hermanos de Venezuela, quienes hoy día padecen uno de los dramas humanitarios más delicados, sino el más delicado de toda la región. En el transporte público, en muchas calles, plazoletas y parques es ya común ver a venezolanos ejerciendo algún tipo de trabajo informal, Bogotá en la mayoría de casos es su primer destino con un 39% de migrantes que han decidido tramitar el permiso especial de permanencia y la principal preocupación que se tiene por parte de los bogotanos es en lo referente ámbito laboral. 

Según un estudio de FenalcoBogotá, el 20% de los empresarios contratan venezolanos por solidaridad, y los que aún no han contratado personal venezolano en un 73% estarían dispuestos a hacerlo, en las modalidades de contrato a término fijo 52%, término indefinido 29%, prestación de servicios 14% y obra o labor 5%,  la percepción de los empresarios en relación a sus ventas a partir de la llegada masiva de Venezolanos a Bogotá es que las ventas se han mantenido en un 75% y han disminuido en un 23%, siendo los sectores de: mensajería, peluquerías, servicio de vigilancia y almacenes por departamento  los más afectados.    

Lo anterior en relación a la gente que ha logrado ubicarse en un empleo formal, ahora bien, en Bogotá se calcula que hay más de 500 venezolanos, que son vendedores informales y la mayoría de ellos se ubican en la Localidad de Santafé (con 4.569 ciudadanos) Kennedy (4.569) y Suba (con 3.873 personas). Según la administración, en Bogotá hay al menos 44 mil venezolanos que permanecen en una condición irregular de los 118.000 que hay, esto nos da que al menos uno de cada tres venezolanos aún no ha definido su situación, hecho que los deja en una situación supremamente vulnerable y que los deja expuestos a que terminen siendo explotados y que no puedan acceder en una forma efectiva a servicios básicos.

Es indispensable que se expidan políticas públicas para atender a nuestros hermanos venezolanos y brindarles una estabilidad en todos los frentes, es urgente caracterizarlos y regularizarlos, para saber realmente cual es la dimensión del contexto social que viven hoy día y porque no brindarles la oportunidad de ejercer un empleo formal.

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