Solo la educación salva a los jóvenes de la delincuencia y la marginalidad

Solo la educación salva a nuestros jóvenes de la delincuencia, del desempleo y de la marginalidad. La convocatoria que acaba abrir el Distrito al suscribir un convenio con el Icetex y 27 instituciones de educación superior para financiar carreras universitarias a jóvenes del sistema educativo egresados en los últimos siete años es una opción de formación profesional que no se debe perder.

No podemos ignorar que entre 8.000 y 10.000 jóvenes menores de edad ingresan al año al Sistema de Responsabilidad Penal de Adolescentes en la ciudad, por delitos como hurto, tráfico de drogas, lesiones personales, delitos sexuales y homicidio, y que son pocos los casos en los que de verdad hay una rehabilitación y una reincorporación a la sociedad, después de caer en el delito.

Los jóvenes entre los 14 y los 17 años de edad, justo cuando están en la etapa final de su educación secundaria, son presa fácil de las bandas delincuenciales que los han declarado su objetivo. En Bogotá hay 149 dedicadas a captarlos, muchas veces regalándoles drogas u ofreciéndoles trabajo en sus estructuras criminales.

Los quieren en sus negocios ilícitos porque tienen menos posibilidades de ser capturados, y cuando son detenidos van a un sistema de protección a instituciones como El Redendor, y no a la cárcel como ocurre con los adultos.

Por eso hoy quiero dirigirme a las familias de estratos 1, 2 y 3, que tienen hijos que han terminado su educación secundaria en los colegios públicos de Bogotá para que se inscriban antes del 25 de diciembre, para que opten por una carrera técnica profesional, tecnológica o universitaria.

La gran barrera para acceder a la educación sigue siendo la falta de recursos de las familias: menos del 20 por ciento de los jóvenes que terminan la educación secundaria se pueden dar el lujo de estudiar una carrera técnica o profesional, y no todos los que logran inscribirse a una universidad logra terminar.

Me alegró mucho por los jóvenes la convocatoria de la Secretaría de Educación: hay financiación de la matrícula con becas o créditos condonables y no se necesita codeudor.

Solo brindándoles opciones reales de educación a los jóvenes podremos tener una ciudad mejor para todos.