Un 24 de mayo pero de 2012, fue asesinada en inmediaciones del Parque Nacional, con toda la sevicia y crueldad por uno de sus compañeros de estudio, Rosa Elvira Cely, una bogotana de 35 años, que dejó huérfana a una niña de 12 años y que se convirtió en símbolo contra la impunidad.
Rosa Elvira sufrió todas las agresiones posibles. Fue secuestrada, violada, empalada; profanaron su cuerpo y fue abandonada a su suerte; con sus últimas fuerzas pudo llamar a pedir auxilio intentando salvarse y delatar a su agresor; sin embargo, todos sus esfuerzos no lograron mantenerla con vida, pero si llevar ante la justicia a Javier Velasco, el hombre que la atacó y que además tenía todo un prontuario de crímenes violentos.
Conmemoramos la vida de Rosa Elvira, su rol como madre, hija, hermana, la compañera solidaria. Rechazamos la forma en que fue asesinada y precisamente porque no queremos que estos casos se vuelvan a cometer, es necesario destacar que fue tras este violento hecho y luchando contra toda la desidia estatal y del órgano de justicia, que se logró llevó a consagrar en la ley el delito de Feminicidio. Y aunque esos crímenes no han parado, hoy existen penas de prisión más altas y la convicción de la sociedad de que el feminicidio, no es un invento de mujeres.
No debemos olvidar, este ni otros casos similares, para no validar las agresiones y los ataques sin sentido que sufren muchas a diario y que deben parar. Han pasado 10 años y a pesar de la ley, aún no se garantiza la atención integral a víctimas de violencia sexual, cientos de rutas de atención, tratados, resoluciones; que se han quedado en papel.
Alzamos la voz y decimos basta, #NiUnaMás y pedimos acciones contundentes que frenen las agresiones en contra de TODAS las mujeres.