El cabildante señaló que las áreas rurales en Bogotá están en las localidades de Usaquén, Chapinero, Santa Fe, San Cristóbal, Usme, Ciudad Bolívar, Sumapaz y Suba sumadas completan un total de 122.271 hectáreas, es decir, el 74,71% de las 163.659 hectáreas que abarca Bogotá.
Aproximadamente hay 30.000 predios en áreas de preservación ambiental, principalmente en la franja de reserva y de adecuación de los cerros orientales. Esto sin contar aquellos localizados en humedales, rondas de ríos y quebradas.
Nieves Herrera expresó, que a pesar de existir una política pública para el sector rural, en Bogotá todavía no se atiende con debida frecuencia. La producción rural agropecuaria no supera el 1% cuando la meta es llegar a una producción del 6%. Sumado a lo anterior, la asistencia técnica ofrecida por la Secretaría de Desarrollo Económico es muy escasa y se debe fortalecer.
Llama la atención que la meta contemplada en el Plan de Desarrollo de la “Bogotá Humana” bajo la responsabilidad de la Secretaría de Habitat de “promover la construcción de 50 viviendas campesinas productivas”, su ejecución a junio de 2014 es de 0,00%.
Por último, el concejal pide elevar el perfil de la agricultura familiar y los pequeños agricultores y reconocer su importante contribución a la erradicación del hambre, la seguridad alimentaria y la protección del medio ambiente, tal como quedó establecido en el Día Mundial de la Alimentación, pero igual solicita al Gobierno Distrital atender con recursos suficientes el alcantarillado rural, mejorar las condiciones de los hogares en materia de agua potable ya que los campesinos no gozan todos de esta política, a pesar que en sus territorios es donde se produce el preciado líquido, también solicitó ampliar la asistencia técnica rural directa con oportunidad y mayor permanencia para el diálogo con los campesinos sobre sus necesidades.
En el tema educativo, el dirigente del Polo, propuso propender porque los proyectos educativos institucionales rurales (PEIR) atiendan lo requerimientos de la población estudiantil campesina.
“Los procesos de apropiación ilegal de terrenos, así como los procesos de transición rural-urbana, impulsados por el crecimiento desmedido y no planificado de la Ciudad, están conduciendo a que literalmente la ciudad se trague al campo”, puntualizó Celio Nieves.