Aprobado proyecto de acuerdo sobre chicles y colillas de cigarrillos

Gracias a los colegas que respaldaron esta iniciativa. Tuvimos diez votos a favor de este propósito que establecer acciones efectivas para que estos elementos no sigan contaminando las calles, parques avenidas y fuentes de agua de la ciudad.

Tal como lo advertí en la exposición de motivos, un estudio de la Universidad del Rosario mostró que en Bogotá se arrojan 95 millones de colillas al año en la vía pública. Solo en las zonas aledañas a bares y discotecas se arrojan 16 toneladas de colillas, que representan entre el 13 y el 19 por ciento de los cigarrillos que se consumen en Bogotá.

Los estudios indican que una sola colilla puede contaminar ocho litros de agua ya que contiene más de cuatro mil sustancias tóxicas, como el acetato de celulosa,un derivado del petróleo que se encuentra presente en el filtro y que tarda 10 años en descomponerse.

El tema de los desechos de las gomas de mascar no es menos grave, como lo podemos comprobar en todas las aceras parques y espacios públicos, afectados por este problema.

Un estudio de Aguas de Bogotá en el 2013 mostró que solo en la plaza de Bolívar se concentraban más de 50.000 gomas de mascar adheridas al piso. Limpiar ese espacio costó en el 2014 la no despreciable suma de 2.500 millones de pesos, y entre lo que se limpió estaban los chicles.

En este proyecto al que el cabildo le dio vía libre, incluimos responsabilidades claras a la administración Distrital

Lo que tendrán que hacer estas entidades, según lo que aprobamos en el proyecto, es promover que los fabricantes realicen campañas de advertencia al consumidor sobre los efectos ambientales que produce sobre el suelo, el agua y la salud pública la práctica de arrojar las colillas en la vía. Lo deben hacer desde los empaques, pues en el caso de los chiles, se pueden usar para la disposición adecuada de estas gomas de mascar.
También establece la obligación de movilizar a los empresarios para realizar campañas publicitarias sobre los efectos sanitarios y ambientales que implica arrojar el producto al piso, en beneficio de la salud pública y el cuidado del patrimonio urbano.

En el proyecto se ordena que las acciones de comunicación sean acompañadas de sanciones pedagógicas y de comparendo ambiental, pero paralelamente ordena la instalación de canecas de basura con dispositivos para las colillas de cigarrillos en zonas de gran afluencia de personas. Es un trabajo de corresponsabilidad entre los fabricantes, las entidades del Distrito y los ciudadanos.
La Organización Mundial de la Salud estima que en el mundo hay más de seis millones de fumadores, que generan 5,6 trillones de colillas, muchas de las cuales terminan en las fuentes hídricas.

En buena hora la comisión del Plan me acompañó en esta iniciativa para que establezcamos mecanismos de disposición adecuada de estos desechos y que los ciudadanos entiendan que arrojar una colilla a través del sanitario o en la calle tiene consecuencias para la salud y el ambiente de la ciudad.

Hago un llamado a mis colegas de todas las bancadas para que en la plenaria del Concejo le demos vía libre a este proyecto que en últimas busca proteger el espacio público y el mobiliario urbano que nos pertenecen a todos los ciudadanos.