Lo que resulta inexplicable es que todavía no seamos capaces de proteger lo poco que queda de nuestros ecosistemas y pongamos por encima intereses particulares de constructoras como MARVAL (URBANIZADORA MARIN VALENCIA S.A.), pese a que desde el año 2012 mediante la Resolución 1238 de la Secretaría Distrital de Ambiente impuso medidas de protección para este ecosistema, esta firma urbanizadora continuó desarrollando acciones de construcción en el predio por lo que mediante Auto No. 01940 de 2012 la autoridad ambiental inició un proceso sancionatorio administrativo en su contra.
Pero es la falta de contundencia en la toma de decisiones la que permitió que “El Burrito” se encuentre nuevamente en riesgo. De la misma forma en que la administración de Peñalosa elaboró nuevos conceptos técnicos enfocados únicamente en el objetivo de derogar las medidas de protección para los polígonos adyacentes a los humedales Torca-Guaymaral y Jaboque, para El Burrito el Informe Técnico No. 02246 de 2016 recomendó levantar dicha protección afirmando que “lo que un día fue humedal hoy no posee dichas características ecosistémicas”, confirmando las acciones destructivas de la Urbanizadora MARVAL. Y luego de tres años, el 16 de diciembre de 2019, la Secretaría de Ambiente expidió la Resolución 3643 de 2019 donde definitivamente se deroga la protección que ostentaba este humedal, permitiendo el reinicio de las actividades constructivas que anteriormente se adelantaban allí.
El Concejal Celio Nieves Herrera del Polo Democrático Alternativo, menciona que dichas medidas de protección se constituían en el primer paso para la declaratoria de “El Burrito” como un Área Protegida del Orden Distrital, sin embargo, no se adelantaron acciones contundentes para lograr su incorporación en la Revisión General del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), y no fue presentado ante el Concejo de la ciudad para que fuese declarado como Parque Ecológico Distrital de Humedal. Razón por la cual, a tan sólo 15 días de terminar su mandato, Peñalosa continuó favoreciendo la destrucción de lo poco que se conserva de estos ecosistemas con un alto potencial de restauración a cambio de cemento. Acción que incrementa nuestra vulnerabilidad a los efectos negativos del cambio climático, cabe recordar que precisamente Kennedy es una de las zonas de Bogotá con mayores niveles de contaminación del aire por material particulado, donde además se presenta un déficit considerable de áreas verdes y arbolado.
De esta manera, es este el momento adecuado para que la administración distrital en cabeza de la Dra. Claudia López Hernández y la Secretaria de Ambiente Dra. Carolina Urrutia, acepten las demandas sociales que han buscado por más de una década la protección real del humedal El Burrito. Nieves Herrera afirma que es prioritario que la Secretaría Distrital de Ambiente revise sus propias decisiones y, de ser el caso, modifique los actos administrativos de conformidad con los estudios técnicos necesarios para hacer efectiva la recuperación y protección de dicho territorio, permitiendo a los bogotanos contar con los bienes y servicios ambientales que ofrece un ecosistema restaurado.