Avanzamos en brindar vivienda digna a los bogotanos
Solo quienes han vivido el rigor de la informalidad saben lo que significa estar atados a la pobreza, casi siempre resultado de explotadores que les vendieron lotes ilegales y los anclaron en la marginalidad.
Por eso es una buena noticia que en el último año la administración del alcalde Enrique Peñalosa haya logrado legalizar 21 barrios de seis localidades donde viven 3.124 personas. No es una tarea fácil, es un proceso complejo porque muchas veces hay que solucionar problemas de riesgo de inundación o deslizamiento.
Pero a estos barrios de las localidades de Usaquén, San Cristóbal, Bosa, Fontibón, Suba y Ciudad Bolívar, la vida les comienza a cambiar, después de vivir por décadas en barrios ilegales. Ahora podrán acceder a subsidios, a ayudas para mejorar sus viviendas, a unos servicios legales que les garanticen una calidad de vida digna, a los beneficios de vivir en la legalidad.
Ahora bien, no se trata solo de legalizar. Hay que generar vivienda al alcance de las personas para prevenir que sean presa fácil de las mafias de la tierra. Necesitamos evitar que los tierreros sigan engañando a las personas vulnerables que buscan dónde vivir.
Y en eso Bogotá está avanzando. Durante el 2016, 19.790 familias de bajos ingresos en lograron el sueño de tener vivienda. Y además se inició la construcción de otras 30.103, y de ellas 8.124 son de Interés Social (VIS). También se expidieron licencias para construir otras 22.147.
Y quiero destacar el proyecto Arboleda Santa Teresita, promovida por el Distrito, que se está construyendo en el barrio Nueva Delhi de San Cristóbal, para entregarles vivienda a familias que vivían en zonas de alto riesgo: son 1.032 viviendas de interés prioritario.
Hoy, según cifras de la Alcaldía, ya se han construido 7.000 viviendas de interés prioritario en total en la ciudad. Se avanza en la promesa de brindarle un techo digno a la gente. En hacer que Bogotá sea mejor para todos.