En el primer semestre del 2023 la inseguridad tuvo un repunte aterrador en 8 de 12 delitos de alto impacto, tuvieron incrementos porcentuales, el panorama bogotano se llenó de delitos a plena luz del día, han ocurrido 22 feminicidios, se encontraron 37 cuerpos con señales de tortura, se conoció la existencia de un bar de torturas en Chapinero.
También aparecieron carteles alusivos al aniversario del Frente 53 de las FARC: Edison Romaña, se comprobó que el Frente 2 Manuel Marulanda Vélez, de las disidencias de las FARC, estuvo detrás del "estallido social", quedó en libertad una de las líderes de la Primera Línea de Engativá por vencimiento de términos, se reportaron 1.054 cámaras públicas fuera de servicio. Mientras esto ocurría, la alcaldesa Claudia López, viajaba por el mundo culpando al gobierno nacional de la inseguridad que hay en Bogotá.
Las cifras solo demuestran la paupérrima situación de la ciudad en este desgobierno, los delitos que aumentaron son: secuestro (80%), hurto a entidades financieras (66,7%), hurto a residencias (31,7%), hurto a personas (28,1%), hurto a automotores (13,3%), homicidios (11,1%), extorsión (3,6%) y hurto a motocicletas (1,1%). Estamos frente al accionar de estructuras criminales que se mueven a través de diferentes modalidades de delincuencia a lo largo y ancho de Bogotá, lo que he denominado "la gobernanza del crimen".
Según la Defensoría del Pueblo, a través de 19 oficios de consumación y las Alertas Tempranas 010-21 y 005-22, la ciudad se encuentra en riesgo permanente, distintas bandas delincuenciales se están disputando el control de territorios y de economías ilegales en localidades como: San Cristóbal, Usme, Ciudad Bolívar, Kennedy y Sumapaz. Aunque el organismo de control lleva más de dos años haciendo advertencia, la administración solo ha hecho caso omiso, dando como resultado que los criminales ya hayan dejado 37 cuerpos torturados en diferentes localidades como señal de intimidación y venganzas.
Esto deja muy en claro que la seguridad en Bogotá le quedó grande a esta administración que solo llegó a improvisar. Según la Encuesta de Percepción de la Cámara de Comercio de Bogotá, el 77% de los ciudadanos se sienten inseguros en la ciudad. Por otro lado, según FENALCO, el 64% de los comerciantes se sienten inseguros en la localidad donde desempeñan su actividad económica.
Queda claro que la promesa de campaña donde Claudia López afirmaba que Bogotá tendría una alcaldesa jefa de policía que haría temblar a los delincuentes, se la llevó el viento. Así como la falsa esperanza en que esta administración sea capaz de terminar el año con un balance positivo en términos de seguridad.
La futura administración no solo tiene el desafío de recuperar la relación con la policía, sino también el fortalecer la seguridad de la mano de tecnología de punta y de articularse con toda la ciudadanía y sectores con el único objetivo de acabar con la gobernanza del crimen.