En Bogotá estamos viviendo el peor momento de inseguridad de la historia. En una sola semana tuvimos: un robo masivo, aumento en las cifras de violencia intrafamiliar y una masacre en la ciudad. El secretario de Seguridad, Convivencia y Justicia, ha expresado que la seguridad en la ciudad ha mejorado y que todo va por buen camino. Mientras que el 88% de los bogotanos se sienten inseguros en las calles.
De acuerdo con la Secretaría en el primer semestre de 2022 el homicidio se redujo un 14,7%, aún así cada vez más los casos que se presentan tienen mayor violencia, como las señales de tortura en los cuerpos hallados la semana pasada. De 568 homicidios en este año, 328 fueron con arma de fuego, 186 con arma blanca y 46 con armas contundentes. A esto se le suma el hallazgo de 21 cuerpos en bolsas o con signos de tortura. El hecho más reciente ocurrió la noche del 18 de agosto, una masacre de 4 personas que fueron dejadas en una camioneta parqueada sobre la autopista norte.
El hurto a personas se ha comportado de la misma forma, con un incremento del 6,1% comparado con el 2021, con 61.663 en toda la ciudad; de los cuáles 13.601 fueron con arma blanca. El caso más reciente fue un atraco masivo a deportistas en el cerro de Monserrate que se suma a los 2.562 reportes en la localidad de Santafé. Pese a que la Secretaría de Seguridad afirmó que habrá un aumento de uniformados en el sector, es cuestionable que las medidas sean cada vez más reactivas y menos preventivas.
Otro tema que no da tregua es el aumento en los casos de violencia intrafamiliar, uno de los aspectos principales para analizar este fenómeno debe ser la pandemia y cómo esta afectó la salud mental de la población con mayores niveles de estrés y violencia en los hogares. Según cifras de la Secretaría Distrital de Seguridad hubo un incremento del 29,2% de los casos en comparación al 2021. En 2022 el 74,2% de los 20.221 casos atendidos en comisarías de familia tuvo a una mujer como víctima.
Por eso he insistido que la seguridad debe abordarse desde un enfoque integral, como un ecosistema que establezca una comunicación eficiente entre los ciudadanos, el sector privado y las autoridades distritales, con el fin de producir herramientas que permitan actuar contra el crimen en tiempo real.
De nada sirve que existan 8.398 cámaras de seguridad conectadas al C4 si no son utilizadas para producir material que se requiera en las investigaciones, tampoco es suficiente la difusión de las líneas de atención a personas víctimas de violencia intrafamiliar o de género, si no hay acciones de prevención y atención rápida.
Más que titulares de prensa amarillistas y cifras amañadas, Bogotá necesita una alcaldesa que actúe como la jefe de policía y mitigue la crisis de inseguridad más grande que vive la ciudad. Los ciudadanos son más que una cifra, necesitan que las acciones mejoren su entorno y sus condiciones de vida. Alcaldesa póngase en los zapatos de la gente.
