Este semestre la seguridad en Bogotá estuvo marcada por el incremento de los indicadores de los delitos de alto impacto, nuevos fenómenos criminales, cómo la aparición los cuerpos en bolsas, y las demoras para articular las cámaras del sector privado y Transmilenio al C4 con el fin de tener más herramientas para controlar y frenar las dinámicas delictivas emergentes.
Comparado con primer semestre del 2021, aumentaron nueve de los trece delitos de alto impacto que mide la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia – SDSCJ. Los delitos sexuales 30,4%, homicidios en atraco 18, 7%, el hurto a personas 12,7%, hurto a automotores 1%, hurto a motocicletas 2%, hurto a celulares 5,5%, lesiones personales 10,4% y lesiones en atraco 12,4%, violencia intrafamiliar 23,9%.
El fenómeno de cuerpos hallados en bolsas dejó un saldo de 15 víctimas de las cuales 12 eran de nacionalidad venezolana, según la SDSCJ, estos hechos están relacionados con “ajuste de cuentas” entre bandas delincuenciales. El patrón que se ha encontrado en estos cuerpos es que hay extrema violencia en el asesinato, tortura, asfixia, envenenamiento, desmembramiento y hasta incineración de cadáveres.
En temas del sistema de videovigilancia, la ciudad cierra este semestre con un total de 8.210 cámaras: 5.828 (SDSCJ), 1.381 (entidades públicas), 1.001 (sector privado). Y Transmilenio -TM cuenta con 31.744 dispositivos. Sin embargo, se evidenció que el sistema de videovigilancia de la ciudad que está a cargo del Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Computo – C4 requiere mejorar dos aspectos claves: la eficiencia de vinculación de cámaras al sistema y la compatibilidad del software para adherir las pertenecientes a TM.
En el informe trimestral de gestión de marzo de la SDSCJ, se presenta que apenas 69 cámaras de empresas privadas se vincularon al C4. En esta misma línea, la personería distrital destacó que la vinculación de las cámaras de Transmilenio requiere más esfuerzos porque los hurtos en el sistema aumentaron 53,2% mientras que la cantidad de cámaras interconectadas al C4 es de 1.276 en 122 estaciones, toda vez que el sistema de transporte cuenta con más de 31 mil dispositivos ubicados al interior de los buses. Según el ente de control, existen problemas técnicos de compatibilidad entre el software del C4 y TM, lo cual imposibilita la integración interinstitucional para una reacción oportuna frente a la ocurrencia de delitos.
Desde el Concejo de Bogotá he propuesto que se aborde la seguridad entendida cómo un ecosistema en el que interactúan los actores públicos, privados y la ciudadanía. Para que de esta surjan instrumentos cómo mapas de calor, patrones delictivos. Esto debe pasar por el uso de la inteligencia artificial y la optimización del uso de los recursos disponibles tales cómo cámaras, redes del cuidado y frentes de seguridad. Sin dejar de lado la recuperación del espacio público que hoy materializa la teoría de las ventanas rotas.
En el año y medio que le queda a la administración distrital el enfoque para disminuir la inseguridad debe incluir por la reducción de los delitos de alto impacto que siguen al alza y comprender la transformación del fenómeno delictivo para actuar en nuevos escenarios, recuperar la convivencia al interior de los hogares, hacer que el sistema de videovigilancia sea más eficiente para que se interconecte con Transmilenio y el sector privado, recuperar todos los espacios que hoy están sucios, con basuras y sin iluminación. La seguridad se recupera con acciones integrales.
Concejal de Bogotá