El gobierno Distrital expidió el mes de enero el Decreto 014/23 “por medio del cual se profieren órdenes de policía para la reducción de afectaciones al ambiente y al espacio público derivadas de la inadecuada gestión de residuos sólidos en la ciudad de Bogotá D.C. y se decide sobre la disposición de bienes incautados, decomisados o abandonados en el marco del proceso único de policía y se dictan otras disposiciones” donde se resalta principalmente:
-Establecer medidas para la reducción de afectaciones al ambiente y espacio público, producto de la inadecuada gestión de residuos.
-Separación de residuos se podrán realizar en las Estaciones de Clasificación y Aprovechamiento - ECA, centros transitorios de cuidado al carretero - CTCC.
-El rol de las organizaciones de recicladores capacitaran a sus asociados.
-Prohibido especialmente arrojar residuos en el sistema de alcantarillado de la ciudad, cuerpos de agua y estructura ecológica principal.
-No generar puntos críticos que afecten el espacio público y sistema de alcantarillado, con el fin de facilitar la recolección de residuos por parte de los operadores de aseo.
-Las disposiciones son con base al código de Policía.
-Los propietarios de actividades económicas deberán garantizar el cuidado y limpieza de sus jardines y antejardines, así como no depositar residuos de basuras en horarios no permitidos.
-Las alcaldías locales en conjunto con otras entidades del Distrito, deberán conservar y custodiar elementos incautados que garanticen la preservación y seguridad.
Estas medidas aparecen 3 años después de que la ciudad se encuentra en un estado de deterioro enorme, fruto de la inacción de la alcaldesa y sus funcionarios, quienes ante las advertencias que desde mi curul he evidenciado en redes sociales, debates de control político y medios de comunicación desde 2020, la respuesta del gobierno “cuidador” ha sido censurarme, culpar al anterior gobierno y a la misma gente de la ineptitud de la ex Directora de la UAESP y la terquedad de la alcaldesa.
Con este decreto, hay “buenas intenciones”, pero la realidad es que esto no va articulado a los nuevos centros transitorios de cuidado al carretero prometidos y que a la fecha no atienden a los más de 3 mil carreteros que hay en la ciudad. Asimismo, el fracaso de la cultura ciudadana en este gobierno que recibió la “bendición de Mockus” sumado a que dice una serie de obviedades que se debieron garantizar desde el principio y que si no va acompañada de acciones contundentes, quedará en el papel y la ciudad seguirá sumergida en las basuras, afectando el espacio público, la estructura ecológica principal consolidando lo que advertí y he demostrado en mi rol de control político como concejal. Bogotá se convirtió en la ciudad de las ventanas rotas. Dejando como consecuencia que cada día que pasa los bogotanos perdemos la posibilidad de vivir de manera agradable y armoniosa la ciudad, su naturaleza y sus espacios públicos.
Concejal de Bogotá
