Hace un año, el 6 de marzo de 2020, el Ministerio de Salud reportó el primer caso positivo de Covid-19, en una joven de 19 años proveniente de Milán, Italia, que presentaba síntomas de días atrás. Un virus que se originó en Wuhan, China y que azotó al mundo en la más dura de las pandemias de la historia reciente.
A pesar de que las alertas se encendieron en el mes de diciembre con los primeros casos en el continente asiático, Colombia venía alistándose para enfrentar una posible emergencia sanitaria que se venía encima, en un trabajo al que se sumó la Alcaldía de Bogotá. Con los primeros efectos del virus, que comenzó por Bogotá, llegaron: el tapabocas, la bioseguridad, las cuarentenas, el cierre generalizado al comercio, las restricciones en todos los sectores y horarios y una estrategia de ayudas que implicaba una articulación completa entre gobierno nacional y locales.
El impacto de la crisis sanitaria en Bogotá
Desde un inicio, Bogotá ha venido liderando el número de contagios en el país. A nivel Nacional ya son más de 60 mil los muertos por Coronavirus, mientras que la ciudad ya llega a los 14 mil fallecidos, con más de 661.916 casos positivos de los 2.269.582 positivos para covid-19 que ha reportado el Instituto Nacional de Salud para Colombia.
Fuimos de los primeros en entrar en una cuarentena estricta el 20 de marzo, con un ensayo que luego se sumó al aislamiento nacional que se instauró el 24 del mismo mes. Una semana antes habían cesado las clases presenciales en la capital del país. Calles vacías, horarios especiales para las actividades esenciales y un alistamiento de primer nivel para la salud, retaron no solo al sistema de salud, sino a la educación, el sector social y por supuesto en gran medida a la economía y la productividad bogotana.
Los ciudadanos comprometidos con las medidas vieron como la epidemia se intensificó y llegó el primer pico de la ya denominada pandemia por la Organización Mundial de la Salud OMS. De acuerdo con el Observatorio de Salud de Bogotá, el 30 de julio fallecieron 122 personas por Covid 19, siendo este el día con más muertes reportadas en el primer pico, y el promedio de esos últimos 15 días de ocupación de camas UCI para el 13 de julio fue del 91%. Mientras que las localidades más afectadas por el número de contagios fueron Kennedy, Suba, Engativá, Bosa, y Ciudad Bolívar que hizo que para agosto comenzamos de salir de la cuarentena total a la cuarentena por localidades e implementar la medida del pico y cedula.
A pesar de que creímos que esos cinco meses y los que quedaban de 2020 servirían para adaptar el sistema y prepararnos para un eventual segundo pico, tener un sistema de salud consolidado, haber adquirido los elementos suficientes para dotar a los hospitales, para crear campañas estratégicas de cultura ciudadana para el autocuidado, para organizar la logística, plataformas y entregas de ayuda social y humanitaria a los más vulnerables, no fue tal. El segundo pico de vino encima con una nueva alerta roja y nuevas cuarentenas totales y cierres al comercio que ya estaban tomando un impulso para reactivarse luego de que más de 60 mil negocios tuvieron que cerrar definitivamente en 2020 y eso aunado a la pérdida de casi un millón de empleos en el último año. El segundo pico pasó de la misma manera que enfrentamos el primero y casi con las mismas consecuencias.
Los expertos sostienen que la falta de medidas estrictas extendidas en el tiempo por parte de las autoridades, sumado a la indisciplina social, impulsaron el segundo pico de la pandemia. La estrategia debió enfocarse a búsquedas activas en sectores de alta movilidad y no solo sobre los sintomáticos y sus entornos. Cuando se preveía que en diciembre se iban a dar aglomeraciones, incluso algunas propiciadas por la Administración y sus eventos o permitidas por la falta de controles como ocurrió en el caso de vendedores ambulantes en sectores como Kennedy, Venecia y San Victorino, la Alcaldía decidió solo un aislamiento selectivo y voluntario. Con ello, para el 15 de enero la ocupación de camas UCI llegó al 93,76% y el 14 de enero pasó a ser el día con más fallecidos por Covid-19 con un total de 116 personas.
Tras un año las secuelas de la pandemia no se hicieron esperar, para el mes de enero del presente año según datos del DANE la tasa de desempleo fue del 17,3, cuatro puntos por encima de la registrada el mismo mes del año pasado. Datos revelados por un estudio de la Corporación Interactuar, revelaron que en octubre de 2020, el 10% de las microempresas se declararon en quiebra por la pandemia y Fenalco reporto a diciembre un 31% del comercio de Bogotá en quiebra.
El confinamiento también hizo que aumentaran las cifras de violencia intrafamiliar, así lo señala el Observatorio de Mujeres y Equidad de Genero en Bogotá, pues entre la segunda semana de abril y hasta la tercera del mes de mayo hubo un aumento en las llamadas y chats de la Línea Púrpura por violencia contra la mujer. Y, en total en el año, se triplicó el total de estas llamadas y el número de feminicidios superó los 15.
Ahora, en pleno proceso de vacunación contra el Covid-19, que arrancó hace un par de semanas para personal de salud de primera línea y adultos mayores de 80 años con un avance del 0.68%, cabe resaltar que aunque la vacuna ayuda a mitigar es el autocuidado y la prevención la respuesta. Lo vivido a lo largo de este año de pandemia debe dejar diferentes lecciones, es importante que las diferentes autoridades no escatimen esfuerzos ni medidas para atender la situación y actúen a tiempo para mitigar el impacto de un posible próximo pico, pero aún más importante para superar la crisis que tan fuerte golpeó a toda nuestra ciudad tener en cuenta la nueva agenda que impuso la pandemia: Seguridad, Salud, Reactivación Económica y de obras para el empleo y el apoyo social. #EntreTodosNosCuidamos
Concejal de Bogotá
