- El 56% de los colombianos consume comida callejera sin importar el estatus social. [1]
- Sólo el 28 % de las personas declaran ser conscientes de los riesgos de ingerir comida de la calle.
- En Bogotá no hay un estudio que determine la situación de los alimentos vendidos en espacios públicos lo cual es preocupante.
Bogotá, D.C, marzo 31 de 2017/ Comprar comida en la calle es un hábito bastante común en Bogotá: ‘‘La venta de alimentos en la calle implica situaciones irregulares que deben ser tenidas en cuenta, en especial las relacionadas con la salud, la nutrición y la ocupación del espacio público. Es urgente una respuesta y atención por parte de la Administración Distrital’’ afirmó el cabildante Nelson Cubides Salazar.
Para el Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), la comida callejera ofrece ventajas como su precio y fácil acceso, sin embargo considera que debe recibir más atención por parte de los gobiernos y agentes de desarrollo, para mejorar su calidad e impacto en la seguridad alimentaria, la inocuidad de los alimentos y la nutrición.
- Salud
Los puestos de venta callejera de alimentos presentan problemáticas por el agua utilizada, recolección y eliminación de las aguas servidas, generación de residuos sólidos, conservación de las comidas y el tipo de equipamiento para preparar y proteger los alimentos expuestos para la venta.
Un estudio del Laboratorio Departamental de Antioquia sobre este tema en Medellín, determinó que: 61 % de los productos estaban contaminados a presencia de coliformes fecales, el 40% con estafilococos, el 38% con salmonella, el 31% con coliformes totales, el 25% con mesófilos y el 15% con listeria monocytogenes. Estas bacterias causan: Butulismo, la disentería, Meningitis, Fiebre Entérica, Tifoidea, Gastroenteritis, daños en los riñones, Artritis.
- Nutrición
No existe control relacionado con la calidad nutricional de la comida que se venden en las calles y estos alimentos se caracterizan por ser hipercalóricos, altos en grasas saturadas, trans, azúcares libres y bastante sal.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ingesta calórica debe estar en consonancia con el gasto calórico para evitar enfermedades como la obesidad. Científicos estadounidenses han determinado que entre los efectos de una dieta alta en azúcar se encuentran: Hambre descontrolada, adicción, insuficiencia renal, cáncer de páncreas, hipertensión, malnutrición y gota.[2]
- Espacio Público
Si bien es cierto que las ventas en espacio público son un fenómeno social en respuesta a situaciones de desempleo que la economía formal no puede absorber, también es obligación del Distrito preservar el espacio público y garantizarlo para el disfrute colectivo, y por tal razón deben darse acciones reguladas y concertadas para su uso.
La sentencia T–231 de 2014 de la Corte Constitucional manifestó que los particulares no pueden exigir el reconocimiento de derechos de propiedad en relación con el espacio público. Así mismo el Código Nacional de Policía y Convivencia – Ley 1801 de 2016 establece algunas disposiciones al respecto.
¿Qué hacer?
- Hacer un estudio sobre la situación de los alimentos en Bogotá.
- Fijar un marco normativo que regule definitivamente la venta de comida en el espacio público y resuelva la situación de fondo.
- Propiciar la incorporación de tecnologías mejoradas en la preparación y comercialización de alimentos callejeros.
- Debe haber un estricto control sanitario y a aspectos higiénicos fundamentales como el abastecimiento de agua, las medidas de protección y conservación de los alimentos y la eliminación de residuos.
- Los vendedores deben ser certificados con una capacitación obligatoria sobre cómo preparar y almacenar de forma segura los alimentos garantizando la inocuidad e higiene.
- Se debe acabar con la informalidad en la explotación del espacio público (mafias que arrienden el espacio público, empresas franquiciadoras que propician la ocupación del espacio público)
- 7. Promover una estación o módulo estándar para las ventas.
- 8. Realizar campañas para concientizar a los ciudadanos sobre los riesgos de este hábito.
Más información: Mónica A. Restrepo Villamil (315) 616 25 96 Correo: prensaconcejalcubides@gmail.com - Síguenos: @nelsoncubides
