Carta al próximo presidente de Colombia

Como bogotana y como concejal de la ciudad le escribo al próximo presidente porque los 8’200.000 personas que habitamos en la ciudad necesitamos el apoyo urgente del Presidente de Colombia y que pinga en su agenda los problemas

Más del 70 por ciento de la población de Bogotá es de estratos 1, 2 y 3, y existe la creencia equivocada de que a la ciudad le sobran los recursos, cuando en realidad no alcanzan para suplir las necesidades de todas las personas, más aun cuando somos una de las ciudades principales receptoras de desplazados nacionales e internacionales.

 

Es fundamental, señor Presidente, que la ciudad reciba mayores transferencias de la Nación para poder enfrentar retos como el de atender a la población desplazada, nacional y venezolana, para aumentar el número de policías que pagan el gobierno nacional y para financiar las grandes obras de infraestructura y transporte que la ciudad necesita con urgencia.

 

Con 8,2 millones de habitantes, en Bogotá vive el 16,4 por ciento de la población colombiana, representa el 44,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, tiene el 29 por ciento de las empresas del país. Es en Bogotá donde el país recauda el 40 por ciento de los ingresos por impuestos que invierte fuera de la ciudad. Y mientras Bogotá le aporta al país, enfrenta de manera solitaria problemas graves.

 

Para las mujeres es urgente reformar las comisarías de familia, que son la puerta de entrada a la justicia por los problemas de violencia intrafamiliar. Hubo una discusión de reforma que no contó con los recursos del Gobierno Nacional.

 

En Medicina Legal encontrará que todos los días del año les hacen examen a 100 mujeres por violencia en la casa, y en la mayoría de los casos nuestros atacantes son nuestras parejas. Solo por ese motivo son más de 1.033 casos al mes. Y eso son apenas los que llegan a medicina legal, porque son muchos los que no se denuncian por miedo o porque las mujeres no creemos en la justicia.

 

De enero a marzo de 2018 en Colombia según datos de Medicina Legal han asesinado a 230 mujeres, de las cuales alrededor de 41 tienen características de feminicidios. En Bogotá en el mismo periodo de tiempo de 21 asesinatos de mujeres, 9 corresponden a feminicidio.

 

Es necesario tener en cuenta que las mujeres están siendo asesinadas por sus parejas y exparejas a pesar de contar con medidas de protección emitidas por los comisarios de familia. Donde más vulneran a las mujeres es en el domicilio y en el espacio público, con armas blancas y de fuego, que son los objetos que se utilizan en contra de ellas.

 

Próximo presidente de Colombia no está funcionando la atención de las mujeres. Se desgastan en las comisarías de familia poniendo denuncias y pidiendo protección y lo único que logran es que las incluyan en las estadísticas, sin soluciones efectivas. Los hombres que agreden a las mujeres se burlan de las medidas de protección porque no hay quien las haga cumplir y lo único que se consigue es más violencia.

 

Y cuando están en riesgo de que las maten, la solución que se les da es encerrarlas por cuatro meses en unos hogares en los que pierden contacto con el mundo y con la realidad y cuando salen están sin trabajo y sin ayuda, mientras las parejas agresoras se han quedado en las casas gozando de libertad.

 

No es suficiente con que haya lugares para poner las quejas, se necesita que alguien haga cumplir las medidas. Y señor Presidente, es urgente que reformen la ley contra la violencia intrafamiliar y el feminicidio y se den las herramientas necesarias para castigar a los victimarios con condenas ejemplares porque hoy es una tortura ir una y otra vez a quejarse de las amenazas y que no la justicia sea inoperante.

 

La capital del país necesita con urgencia pie de fuerza. Naciones Unidas dice que el ideal es 300 policías por cada 100.000 habitantes y la capital llega a 234. Pero además, requerimos personal especializado, con capacidad de investigar para desmantelar las bandas dedicadas al hurto, que es el delito que más afecta la seguridad. Y para los delincuentes es inaplazable contar con más cárceles, especialmente para los reincidentes. Todo esto se logrará realizando una reforma de fondo a la justicia que infortunadamente estas iniciativas han fracaso en el Congreso de la República.

 

Bogotá actualmente presenta un déficit estimado de 3.000 uniformados. Cuenta con 20.000 policías que no están cien por ciento a disposición de la ciudadanía, algunos están en vacaciones, otro con licencia teniendo un aproximado de 18.000 policías disponibles. Es decir, 6.000 por turno.

 

Y por supuesto es inaplazable medidas urgentes desde la presidencia y el Concejo, es necesario una ley severa, para que los delincuentes no sean dejados en libertad y continúen delinquiendo por falta de una verdadera condena por parte de la justicia.

 

Necesitamos el compromiso del nuevo Presidente para avanzar en las soluciones integradas de movilidad.

Los factores que afectan la movilidad en la ciudad es la escasez de vías, el mal estado de la infraestructura actual, un sistema de transporte que no tuvo desarrollo por casi 12 años presentando un rezago en infraestructura sumado a la poca infraestructura existente para los diferentes modos de transporte (peatón, bicicletas, Transporte público, automóvil) y eso es posible con el estricto apoyo del Gobierno Nacional.

 

Frente a la insatisfacción de los usuarios por la mala prestación del servicio de transporte público, se ha generado un aumento del parque automotor donde en el 2010 teníamos 757.740 vehículos y pasamos a 1.120.279 vehículos en el 2016 y 205.585 motos en el 2010 a 459.761 motos en el 2016, haciendo que las vías cada vez sean más escasas debido a la ocupación vial de los vehículos, que generan el aumento de puntos críticos por congestión, deterioran la fluidez del tráfico, las vías y peor aun desmejorando la calidad de vida de todos los bogotanos.

 

Tengamos en cuenta que los costos que generan los trancones representan pérdidas económicas, pérdidas de tiempo en promedio de 7.000.000 de horas e impactos en la salud.

 

Las acciones tomadas no son suficientes si tenemos en cuenta que la ciudad tiene un rezago de infraestructura del 71.14% pues estaban contemplados 24 corredores viales y actualmente tenemos 10, afectación que gobernantes de turno han desconocido porque al final siempre será el usuario el que se verá afectado y pagará la ineficiencia de aquellos que han trabajado por los interés personales más que por los interés de la ciudad y sus capitalinos.

 

Como concejal he solicitado a Ecopetrol que genere un combustible más limpio convocando a todos los concejales del país para que nos unamos por esta causa que beneficia a los habitantes. En el caso particular de Bogotá realicé un debate sobre la necesidad del uso de tecnologías limpias en los sistemas de transporte, actualmente tenemos una flota mayor a 10 años siendo un 38% del general de la flota, vehículos que tuvieron que ser cambiados en el 2010 y 2013.

 

 

Esto sumado a los vehículos viejos de transporte público colectivo que debieron ser chatarrizados y aún siguen circulando en la ciudad por decisiones que se tomaron con falta de planeación e ineficiencia. Generando operadores quebrados, proliferación de buses chatarra, inconformidad de los usuarios y déficit del sistema por subsidios mal enfocados.

 

Los usuarios que se han bajado del transporte público y del vehículo particular y se movilizan en bicicleta y como peatón se encuentran con una escasa oferta y baja calidad de infraestructura vial y peatonal, con contaminación y desecho en el espacio público, inseguridad y vendedores ambulantes que ocupan el poco espacio peatonal que existe para poder movilizarse.

 

El metro es quizá uno de los proyectos más ambiciosos e importantes de infraestructura del país, por lo que debe haber un compromiso del Gobierno Nacional para la construcción de la Primera Línea del Metro de Bogotá – PLMB. Como concejal y ciudadana he evidenciado la necesidad de este sistema, que aunque no va a reducir cien por ciento la descongestión de usuarios si va ayudar a disminuir los tiempos de transporte beneficiando a los usuarios y mejorando su calidad de vida y la de sus familias.

 

Como madre, como concejal y como bogotana elevo estas sentidas necesidades que diariamente la ciudadana reclama y que yo las vivo. Mi deber es compartir con usted estas necesidades que son el día a día de los que no tiene voz.

Atentamente,

Lucia Bastidas Ubate

Concejal de Bogotá

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