Tras la más reciente marcha de esta semana, que terminó en disturbios y nuevamente con afectaciones a locales e infraestructura pública que los rodea, los comerciantes del centro de la ciudad hacen el llamado urgente a la Alcaldía y demás autoridades del Distrito a adoptar verdaderas medidas que garanticen su seguridad y efectiva reactivación económica.
Acompañando su clamor, la concejal de Bogotá Lucía Bastidas, recogió las quejas y peticiones de más de 60 comerciantes agremiados en CorpoSéptima y otros del comercio formal independiente de la zona, que resultaron perjudicados este lunes con el cierre de sus negocios y las pérdidas económicas que ello conlleva, además de vidrios rotos, portones y rejas grafiteados, basuras y un temor generalizado que hoy enfrentan, aun recuperándose de los efectos y la quiebra que les dejó la pandemia, que en cifras de Fenalco Bogotá en la ciudad, durante 2020, 58.000 establecimientos comerciales cerraron definitivamente; según Acodres, 48.100 establecimientos gastronómicos quebraron y cerca de 230.000 personas de ese sector quedaron sin empleo por los continuos cierres y falta de ventas.
“Los negociantes, dueños, empleados, arrendatarios, administradores y proveedores del comercio formal que se ubica a lo largo de la Carrera Séptima, aseguran que no aguantan más; prácticamente quebraron por el cierre extendido del año pasado y cuando finalmente logran abrir, los disturbios por las manifestaciones que se le han salido de control a la Alcaldía y sus entidades, los obligan a cerrar, lo que implica no vender y no tener ingresos; y para colmo de males, tener que sacar de donde no tienen para reparar los daños que los vándalos en las marchas causan sin restricción alguna como lo vimos esta semana”, señaló la concejal del partido Alianza Verde.
¿Qué dicen los comerciantes?
Aseguran que la Alcaldía se olvida de los derechos y garantías que como ciudadanos también tienen: al trabajo, a tener garantizada su seguridad, integridad e incluso a su movilidad pues con los disturbios llega el cierre de las estaciones de TransMilenio y de los corredores viales, que los obliga a en plenos desórdenes a caminar largos trayectos para encontrar cualquier tipo de transporte que los lleve de nuevo a sus hogares. En un sentir común, todos coinciden en cuestionar que la Administración Distrital brinda permisos indiscriminadamente sin tener en cuenta que no establece medidas que los protejan.
Es el caso de Geraldine Mantilla, administradora de PPC de la Calle Real de la Candelaria en la Carrera Séptima, quien asegura que las pérdidas en esta sede han sido millonarias por la pandemia, y pide que se implementen filtros de seguridad, mayor presencia de la Policía acompañando las marchas, que eviten que haya personas con objetos contundentes o material nocivo que puedan ser utilizados contra sus negocios. “Hemos sufrido daños en nuestra fachada y eso nos representa dinero en reparaciones. Especialmente por el tema del Covid-19 todos tuvimos que cerrar por meses, y que ahora con las marchas tengamos que padecer todo esto sin quien nos ayude, nos preocupa mucho”.
En el mismo sentido, Lina Flores, empleada de la tradicional joyería D´Mario, ubicada unos metros más adelante, indica que no hay manera de recuperarse con ese panorama. “No solamente hablamos de vidrios quebrados o pintura en las fachadas o la posibilidad de que si no cerramos haya algún tipo de saqueo; sino de que la gente no viene con la misma frecuencia al centro, muchos de quienes eran nuestros clientes están en teletrabajo y cuando anuncian marchas, ese día no viene nadie por temor a que siempre se sale de control. Hay ocasiones en que no es una sola manifestación a la semana, a veces tenemos hasta 4, y así cómo poder abrir o vender. Estamos al borde de la quiebra y nadie nos responde”.
Por su parte, Michel Garzón, comerciante de la zona de centros comerciales artesanales ubicados en este corredor, es enfático en afirmar que además de la indiferencia que ha mostrado la Alcaldía a sus peticiones, cartas, derechos de petición o reclamos de sus representantes. Tampoco han recibido visto los alivios que tanto les han prometido como afectados por la pandemia. “La mayoría pagamos arriendo, cumplir ha sido difícil, trabajamos y pagamos impuestos. De la Alcaldía no hemos tenido ayudas, no han generado ningún acercamiento aquí, cuando vamos a las plataformas a inscribirnos o averiguar, lo de los apoyos no es tan cierto como lo dicen”, puntualizó.
A su turno la concejal terminó señalando que: “Lo cierto es que los desmanes se volvieron pan de cada día en las manifestaciones que todavía en pandemia son permitidas y que además de daños y disturbios, propician aglomeraciones que no contribuyen en nada ni a la superación de la pandemia, ni en este caso, a la reactivación económica que la alcaldesa misma ha reiterado son pilares fundamentales de su gobierno. Hoy los comerciantes atemorizados y preocupados por su crítica situación, nuevamente elevan este llamado para poder recuperarse, trabajar, seguir generando empleo, cumpliéndoles y aportándole a la ciudad, construyendo y no destruyendo pero con condiciones dignas y de seguridad cada vez que una marcha autorizada, llegue al centro histórico de Bogotá”.