¿Cómo garantizar mínimo vital si no protegemos recursos hídricos?
Miércoles 22 de abril de 2020
Para nadie es un secreto el grave nivel de contaminación del río Bogotá, producto del vertimiento de aguas residuales e inadecuado manejo de residuos sólidos por parte de habitantes e industrias aledañas, y por la omisión de las autoridades por más de 30 años.
Desde el 2014 el Consejo de Estado emitió la Sentencia sobre la descontaminación del río, una serie de órdenes a nivel nacional, regional y local para su recuperación y el mejoramiento sostenible del ecosistema y la calidad de vida de los habitantes.
Son dos (2) las mega obras que se constituyen en la estrategia más contundente para lograr su descontaminación: la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Salitre al noroccidente, obra que ya existe y que será ampliada. Lleva un avance del 82,9% y comenzaría a operar en 2021 -aunque por la cuarentena podría retrasarse-. Abarcará el 30% de aguas residuales de la capital; allí se han retirado alrededor de 8 millones de metros cúbicos de residuos, lo que permitió ampliar el cauce del río de 30 a 60 metros duplicando su capacidad de transporte de agua.
La segunda es la PTAR Canoas que operará en Soacha, dado que en Bogotá no se cuenta con un predio de las dimensiones requeridas para la obra. Los diseños fueron contratados y se abrirá proceso de adjudicación para su construcción, la cual podría tomar cinco (5) años y entrar en funcionamiento hasta 2028. Esta planta recibirá aguas residuales de las cuencas Fucha, Tunjuelo, Tintal y del municipio de Soacha, que representan el 70% de las aguas residuales producidas por la ciudad, de allí su importancia.
Ilustración 1. Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales del río Bogotá
Otros ecosistemas afectados por la falta de conciencia ambiental son los humedales. Históricamente se han menospreciado al considerarlos erróneamente terrenos baldíos sin valor e incluso focos de enfermedad e inseguridad. En el país el 30% del territorio está constituido por estos ecosistemas y sin embargo no hay una política clara y definida en torno a su protección.
En ese sentido, tan solo 15 humedales son considerados área protegida del Distrito Capital: Juan Amarillo, Jaboque, Torca-Guaymaral, La Conejera, Córdoba, El Tunjo, Tibanica, Capellanía, El Burro, Meandro del Say, Techo, Santa María del Lago, La Vaca, La Isla y Salitre. Son nueve las localidades bogotanas que albergan estos ecosistemas: Suba, Usaquén, Engativá, Kennedy, Bosa, Tunjuelito, Ciudad Bolívar, Barrios Unidos y Fontibón.
Pero la protección que les da el título de parques distritales de humedal -como sitios exclusivos de conservación de flora y fauna- no ha sido garantía de conservación. Aún siguen siendo víctimas del impacto de basuras, vertimientos, quemas y obras en concreto, entre otros.
Frente a estas graves problemáticas ambientales, el concejal Armando Gutiérrez González hizo algunas recomendaciones de cara al Plan de Desarrollo de Claudia López: "se requiere mayor vigilancia en estaciones del río Bogotá que miden su contaminación y aumentar esas estaciones con tecnología que pueda controlar quiénes arrojan residuos allí, así como un empalme y estricto seguimiento al cumplimiento en las fases de la obra de PTAR Canoas habida cuenta de su impacto presupuestal por $4.5 billones".
Para la recuperación del río Bogotá recomendó trabajar desde tres componentes:
i. El mejoramiento ambiental y social de su cuenca hidrográfica,
ii. La articulación y coordinación institucional, intersectorial y económica, y
iii. Procesos educativos y de participación ciudadana.
El concejal también aclaró que "al ser los humedales considerados bienes de uso público, en el caso en que exista un derecho privado sobre un área de un humedal, las autoridades competentes del Distrito pueden adelantar una negociación directa de compraventa con quienes acrediten su calidad de propietarios y, si es el caso, se puede proceder a la expropiación o a la limitación de la propiedad privada con el fin de hacer prevalecer su función ecológica".
Otra estrategia concreta y urgente para la protección de los humedales es su delimitación y cerramiento, para evitar el deterioro en la fauna y flora, controlando el uso inadecuado de estas zonas e impidiendo el depósito de basuras y escombros. El cabildante presentará un proyecto de acuerdo para la protección de estos ecosistemas.